Noah y Fran no se conocen. No tienen los mismos pasatiempos ni los mismos amigos y, mucho menos, las mismas aspiraciones. Pero hay algo que sí tienen en común: ambos asisten a la Universidad Phoenix.
Y en un viaje no planeado a Las Vegas, tendrán al...
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FRAN
Estoy tan nerviosa que creo que un accidente podría suceder en mis bragas. No debería haber aceptado la propuesta de Noah de pasar Año Nuevo con él y su familia, tampoco debería haber aceptado pasar el resto de mis vacaciones a su lado. Por nada en el mundo tendría que haber dicho que sí a que pagaran mi pasaje en avión hasta Nueva Jersey. Tendría que haberme quedado con mamá y punto.
Las fiestas con las Bakers son raras, todo depende del humor de mi madre. Hay años en los que tiene enormes sonrisas y cenamos con sus amigas; hay otros años más oscuros en los que no puede perdonarse por haberse enamorado del equivocado y permitirle arruinar nuestra Navidad. Este año ha sido de los buenos, ha presumido con todas sus amigas de su hija universitaria y de lo orgullosa que está de mí.
Muerdo el interior de mis mejillas mientras procuro mantenerme calmada y cruzo la puerta que separa las zonas de aterrizaje y embarque del público general. No me cuesta encontrarlo entre la multitud por su altura y, también, porque mis ojos parecen localizarlo con sencillez incluso en un mar de gente.
—Hola —saludo con timidez.
—Hola, Francine Baker. —Me sonríe y creo que puedo morirme aquí mismo entre los nervios y lo bien que se ve frente a mí con un tonto cartel—. Su vehículo la está esperando.
—No me digas que has traído un chofer, eso sería de otra liga.
—He traído a mi madre, ¿en qué liga está eso?
—En lo patético.
Se ríe ante mi mala broma y toma mis maletas ignorando mi mirada asesina. Me deja cargar mi mochila para que no me queje y me indica con la cabeza que lo siga.
—¿Tú también tienes miedo o soy la única idiota?
—Estoy aterrado —me confiesa—. No he podido desayunar por miedo a vomitarlo en el camino.
—¿No crees que quizás es una señal de que estamos haciendo lo incorrecto?
—Creo que ambos sabemos que esto no es correcto desde el día en que nos conocimos, pero ya es tarde para dar marcha atrás. Te necesito para esto, Fran.
