Capítulo 45

64.2K 6.1K 1.8K
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

NOAH

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

NOAH

Tengo tantos papeles y libros alrededor que parece que he asaltado una librería y he huido con un botín impresionante. Estoy perdido en un mar de apuntes e intentando recordar todo lo que hemos visto en el último semestre en las asignaturas más pesadas. Los exámenes son un desastre y no por las calificaciones, sino porque todos estamos en una nube de estrés que tarde o temprano se convertirá en una tormenta de estudiantes repletos de cafeína que comenzarán a llorar por los nervios.

He cometido una estupidez en los últimos minutos y si alguien me pregunta usaré la excusa de los exámenes y la graduación. He comprado los boletos a Alemania, no uno, dos. Y es probable que Fran me asesine cuando se lo confiese, pero hacerlo me ha brindado tranquilidad.

Con la desastrosa agenda que ambos tenemos no he podido pedirle que viaje conmigo, tenía la intención de hacerlo el sábado por la noche y mi emoción me llevó por las ramas logrando que Fran se fuera a dormir antes de que pudiera decirle lo que es tan importante para mí: quiero que me acompañe. Quizás deba imprimir el pasaje y entregárselo en un sobre. No, es una idea pésima casi tanto como enviárselo por mensaje de texto sin ninguna explicación.

—Eres un idiota, Noah Wayne.

—¿Y eso por qué? —pregunta la suave voz de mi esposa desde la puerta.

—Oh, estaba repasando algo y me he dado cuenta que lo había entendido mal en su momento —miento.

—Suena sospechoso, pero estoy segura que podrás entenderlo bien antes del examen de mañana.

—Eso espero.

—¿Crees que puedas ayudarme? Tengo que entrar unas cajas y me siento tan agotada que estoy pensando en dejarlas aquí.

No comprendo bien a qué se refiere, pero no dudo en ponerme de pie y caminar hacia ella. En el pasillo se encuentra una pila de cajas de cartón vacías y me quedo en silencio unos segundos observándolas.

—¿Y bien? —Me pincha el brazo y eso hace que reaccione—. Veo que a ti tampoco te está funcionando muy bien el cuerpo con tanto estrés.

—Lo siento, ¿dónde quieres que las deje?

De una boda y otras mentirasWhere stories live. Discover now