Capítulo 15

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Llegamos al bar en el coche de Adam, me decepciona un poco que Jones no haya podido venir pero me ha dicho que me compensará.

Él de primeras me dijo que no quería algo pasajero, sino oficial desde un primer momento, y yo también.

Ambos sabemos que eso nos hace arriesgarnos aún más que con otra relación pero es lo que queremos.

Después de lo de Alan me cuesta confiar, pero sé que Jones no es así.

También pensabas que lo sabías con Alan.

No malmetas.

El camarero se nos acerca y hoy me apetece emborracharme, no sé por qué, así que me pido un cóctel bien cargado.

—¿Eres consciente de lo que lleva eso?

—Completamente—respondo dando el primer trago-quiero emborracharme.

—Oh, no—dice quitándome la copa de las manos—,no quieres emborracharte conmigo, pues hoy no te emborrachas tampoco ¿Entendido?

Le pongo un mohín con el ceño fruncido.

—¡Déjame tomarme al menos la primera copa! Ya la voy a pagar.

—Pero ni una más.

—Sí, señora.

—Bueno y...—comienza Amy frotándose las manos—¿Qué tal ayer con Jones?

Miro a Laia, enfadada.

—¡Laia!

Ella da un respingo por el susto, y casi se atraganta con su cerveza.

—¿¡Qué!?—dice ofendida—¡Yo no he hecho nada!

-—Es verdad—Adam le da la razón.

—Valen, parecías una maldita bocina—Amy me mira con una ceja enarcada.

Mi cara debe estar escarlata.

—¿En serio hicimos tanto ruido?

—No—responde Adam—, hiciste.

—¡Pero...!—intento decir.

—Y la cama—añade Amy.

El color de mis mejillas empeora y el rubor baja por mi cuello. No había estado tan avergonzada en mi vida.

En. Mi. Vida.

Y las que te quedan.

—¿Podemos dejar de hablar de cómo me lo monté con Jones?

—No.

Miro a Amy con una ceja enarcada, y eso es lo que falta para que empiecen a hacer bromas de todo menos graciosas sobre mí.

—Oye—empieza Laia—¿Jones sigue teniendo cabecero? ¿O agujereó la pared?

Estallan en carcajadas.

—Eh, Valen—continua Adam— Ayer llamaron los vecinos, quieren saber si ha habido un incendio. ¡El camión de bomberos sonaba muy cerca!

—De ti no me lo esperaba, Adam.

—Valen, Valen—Y ahí va Amy—¿Crees que a Jones le costará mucho arreglar la pared?

—Dios mío, tenéis el humor totalmente roto.

Y ahí siguen un rato, haciendo bromas de todo menos graciosas.

Cuando se cansan, yo ya voy por la segunda cerveza.

Laia me manda un mensaje para hablar en privado, lo que no entiendo es por qué no me lo ha dicho, estamos literalmente, al lado.

Igualmente, voy con ella a un lugar apartado y me entrega un sobre con la firma de Jones.

Antes De TiWhere stories live. Discover now