Capítulo 19

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Después de días de pruebas y no poder moverme de la cama por petición de mis padres—y de Jake—por fin me han dado de baja del hospital.

Aunque él hubiera querido que me quedara más para asegurarnos de que no me iba a pasar nada, está muy emocionado porque me vaya a vivir con ellos al piso.

Me han aconsejado que no me someta a mucha presión y a Jake que me vigile para que lo cumpla.

Va a ser difícil porque los parciales son dentro de poco, pero ya tengo la mayoría de apuntes hechos.

Lo sé, a veces me aburro mucho.

—Hemos llegado.

Cuando aparto al vista de mi novio, veo mi residencia, bueno, ahora antigua.

Subo a mi habitación con Jake, y saco la maleta del armario.

Empiezo a doblar y colocar ropa en la maleta y busco una bolsa para meter los zapatos.

Cuando ya lo tengo todo listo, me quedo un rato mirando la habitación.

No me creo que no vaya a volver aquí.

Jones, al ver que no me muevo, se acerca y me abraza por detrás, apoyando su cabeza en mi hombro.

—Puedes volver siempre que quieras—me dice, como si me hubiera leído el pensamiento—. Laia estará encantada de dormir contigo de nuevo.

—¿Aunque solo sea una noche?—niego con la cabeza—Me daría la lata para que me quedara más.

Nos reímos suavemente, y yo me giro hacia él para abrazarlo también.

—¿Estás lista?—levanto la cabeza para mirar a Jake.

Yo dudo un momento y suspiro, cerrando los ojos.

—Sí.

Él coge la maleta y abre la puerta. Al salir, le dejo las llaves a Agnes.

—Espero verte pronto—me dice con una pequeña sonrisa.

—Lo dudo, aunque vendré a visitaros a ti y a Laia.

La verdad es que me había hecho amiga suya durante los dos meses que llevo aquí, la saludo y me despido de ella cuando paso por allí, y alguna que otra vez se ha venido a nuestra habitación para hacer una fiesta de pijamas.

Voy a echarla de menos.

Salgo de la residencia y me siento al lado de Jake en el coche.

—¿Sabes de qué me acabo de acordar?—me pregunta con una sonrisa.

Yo también sonrío.

—¿De qué? No me asustes.

—De que hoy hacemos un mes juntos.

Miro mi móvil y efectivamente, hoy hacemos un mes.

—Habrá que celebrarlo ¿no?

Él me mira con una ceja enarcada.

—¿Qué tienes en esa mente perversa, pequeña diablilla?—me pregunta con una sonrisa pícara.

—¡No seas pervertido!—le doy un manotazo en el hombro, roja de vergüenza—Estaba pensando en ir a cenar.

—No sé... Me gusta más la primera opción.

Empiezo a reírme, y Jake también. Y me doy cuenta de lo guapo que es cuando se ríe.

Límpiate la baba, chica.

De pronto, a mí también me gusta más la primera opción.

—Pues vamos a tu casa.

Antes De TiWhere stories live. Discover now