Antes De Ti

Capítulo 17

Cuando termino de ducharme, abro Spotify y escucho música durante unos minutos para relajarme antes de por fin saber los resultados de la prueba.

Si te está pasando esto por tu amiga, no sé qué pasará cuando seas tú la que esté embarazada.

No pensemos en eso por ahora.

Con el final de una de mis canciones favoritas, In my Blood, una obra de arte de la mano de Shawn Mendes, decido llamar de una vez a Ender.

Elijo llamarla por videollamada, para saber automáticamente el resultado por su expresión.

Ella descuelga con una gran sonrisa, que me descoloca completamente.

Y entonces caigo en la cuenta.

—¡¿Luke?!—chillo emocionada.

—¡¡¡Sí!!!

Las dos empezamos a gritar completamente emocionadas, tenía muchísimo miedo.

No sabíamos que consecuencias económicas y emocionales podía tener el querer perder al bebé de Ender, así que me alegro muchísimo.

Estamos charlando un rato más, buscando nombres y ofertas aunque solo tuviera tres meses de embarazo —sí, a mí también me parece extraño, pero lo dice ella— se la ve muy feliz.

Y cuando le cuelgo, decido irme a dormir.

***

Me despierto con Jones a mi lado, cuando Laia se va a dormir al piso el se viene aquí para que podamos estar solos—y no tener que aguantar a los otros dos tortolitos—.

Me incorporo y agarro mi móvil, lo típico, Ethan pidiéndome ayudarlo con Ender, Ender diciendo lo feliz que está con el embarazo, llamadas compulsivas de Karla...

Espera, ¿llamadas compulsivas de Karla?

Esto no huele mal, apesta.

En ese momento, Jones se despierta.

—Buenos días.

—Buenos días —respondo, dándole un pequeño beso en los labios— ¿Cómo has dormido?

—Me dejaste demasiado cansado ayer como para no dormir bien.

Me pongo roja, sé que yo soy la primera que dice las cosas directas, pero cuando alguien las dice hacia mí no puedo evitar que la vergüenza me invada.

—Voy a vestirme—digo incorporándome—. Tú también deberías. Tenemos que ir a clase.

—¿No nos podemos quedar aquí hoy?—me pregunta con un mohín.

—Tienes el examen más importante del trimestre.

—Pues por eso.

Lo miro con una ceja enarcada y me meto al baño con al ropa que escogí anoche.

Pero no llego a quitarme la camiseta y Jones ya está en el baño.

—No—digo entreviendo sus intenciones.

El me mira con el ceño fruncido y simplemente se viste, sonriendo de forma divertida de vez en cuando, cuando me ve bailar al ritmo de la música que suena por el altavoz.

Pero una llamada interrumpe la música.

Es Karla.

Mierda, se me ha olvidado llamarla.

—Hola—digo precavida.

—Hola, cariño—me saluda, y su tono de voz me desconcierta—. ¿Cómo te va?