Capítulo 9

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Este capítulo va a ser completamente narrado por Jones, así que no pondré cada vez que salgan los asteriscos que ese es su punto de vista, para que no os confundáis. 

Adiós :))

Me despierto algo dolorido, con una intravenosa inyectada en el brazo. ¿Qué...?

Mierda. Otro coma.

He tenido varios desde que dejé a Val. Ella era la única que me recordaba que me midiese los niveles de insulina, y la única que sabía sobre mi "condición", cómo les gusta llamarla a los médicos, aunque no entiendo que hay de malo en llamarlo por lo que es. Una enfermedad crónica por la que no puedo comer ciertos alimentos y que me jode el querer hacer la vida que tendría una persona totalmente sana. Nada menos. 

Val lo hacía ver diferente; cómo si fuera algo normal... Ella me hacía sentir normal.

Durante toda mi vida he odiado la diabetes. Nunca podía comer cosas como dulces o piruletas, mientras que los otros niños sí. Y siempre me miraban con cara de extrañeza cuando me sacaba sangre y cuando tenía que coger el teléfono en medio de clase para escanearme el parche del brazo. Siempre había sido el bicho raro. 

Hasta ella. 

Suspiro y me recuesto de nuevo en la camilla del hospital, intentando dormirme otra vez y rememorando todos los momentos que pasé con el amor de mi vida. 

Me quejaba de Val cuando estaba harta de estar metida ahí, pero ahora la entiendo. He pasado tanto tiempo entre cuatro paredes blancas y encima de estas camas incómodas que empezaría a cuidarme y a dejar de beber para tener controlados los niveles de insulina y no volver a entrar en un sitio de estos en mi vida. 

Me tiro bruscamente en la almohada del colchón y me arrepiento al instante, cuando siento como la vía tira de mi brazo y me hace soltar un quejido de dolor. 

Odio los hospitales. 

Me quedo pensando en mis cosas un rato más, hasta que oigo unas deportivas y unos pasos acelerados que conozco muy bien. 

Val. 

Me incorporo rápidamente hasta quedarme sentado, ignorando el dolor, justo para verla entrar en la habitación con los cascos en una mano y un paquete de cigarrillos en la otra. ¿Desde cuando fuma? No lo ha hecho nunca, por Candela, odia el tabaco y siempre lo ha hecho. Cada vez que hablábamos de que fumé durante una época me decía que nunca le haría eso a su mejor amiga, ¿Qué ha cambiado?

Ella es lo que ha cambiado, Jones. Nosotros la hemos cambiado. 

—¿Jake?—dice entrando en la habitación, mi estómago se revuelve al escuchar ese nombre—¿Estás bien? Oh, dios mío, menos mal, pensaba... Dios. ¡He tenido que mentir y decir que era tu novia solo para asegurarme de que no te habías muerto por irresponsable! ¡Eres un irresponsable, lo sabes ¿verdad?! 

 Se aproxima a mí a gran velocidad y se me echa encima en cuanto está al lado de la camilla. 

—Wao, ¿a qué viene tanta felicidad?

—¡A que no estás muerto, imbécil!

—¡No puedo morir por un coma diabético!—me quejo. 

—¡Morir no, pero si no recibes tratamiento rápido puede tener repercusiones permanentes en tu cerebro que sí podrían hacerte morir, pedazo de gilipollas! ¡¿Es que soy la única que se ha estudiado cómo va la puñetera diabetes?!

—¡¿Podrías dejar de insultarme?!

—¡NO, PORQUE HAS SIDO UN MALDITO IRRESPOSABLE! ¡CÓMO ME VUELVAN A LLAMAR DICIENDO QUE ESTÁS INCONSCIENTE POR IDIOTA Y TENGA QUE VOLVER A MENTIR DICIENDO QUE SOY TU NOVIA TE MATO! ¡Y DESPUÉS TE RESUCITO PORQUE, SI NO, NO TENDRÍA SENTIDO! —me chilla. 

Antes De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora