capítulo 25

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—¡Déjame en paz!–grité por enésima vez.

—No.

Agh.

Ante la indiferencia de mi hermana mayor solo pude bajar la persiana y cerrar la ventana que daba al pasillo desde mi habitación.

—Estás aprendiendo alemán por un tío que ni siquiera sabe que existes.–me reprochó.

—¡Eso no es cierto!–le espeté– ¡Yo quería aprender desde hace mucho tiempo! ¡Incluso papá hablo para que entrara en la academia antes de que yo ni siquiera supiera de la existencia de ese chico!

—Valentina.

—¡Que me dejes!

Seguí gritando eso una y otra vez, desgarrándome la garganta.

Empecé a llorar, cubriendome la cara con más manos, y me apoyé en uno de mis peluches: un enorme zorro verde con estrellas de colores.

—Valentina–me llamó, entrando en mi habitación–, tu abuela te llamó el otro día enfadada porque no la llamabas, y hoy no hemos ido a verla porque mañana tienes examen. Y ahora entro ¿Y estas con el ordenador? Date cuenta por favor.

—¡Lo sé!–exclamé–, ¡¿Por qué crees que estoy así?!

Ella se acercó a mí cama, apagó la música que puse para tranquilizarme y me abrazó.

—¿Por qué aún no estabas estudiando?–me preguntó, esta vez más suavemente.

—Estaba esperando a que me mandaran las preguntas del examen.

Y era cierto, una compañera de otra clase que ya había tenido el examen nos había pasado las preguntas, y estaba esperando a que me las dijese alguien.

Es más–señalé la pantalla del ordenador, al que había llegado una notificación de WhatsApp–, Ender acaba de mandarmelas. Se las he pedido hace rato pero siempre tarda en conectarse.

—¿Y no había otra persona?

—Le dije a Mario que me mandara una foto pero no lo hizo. Y también se las he pedido a Jane–otra, no mi mejor amiga–antes de pedírselas a Ender pero tampoco me las ha mandado.

Al fin Malena pareció darse cuenta de la situación y frunció el ceño.

—¿Estas bien en clase?–me preguntó.

—Sí–mentí.

—¿No hay nadie que te haga mal?

—No.

Yo sabía que nada de lo que estaba diciendo era cierto, pero me daba igual.

A veces me sentía un poco desplazada pero al final podía apañarmelas. No me sentía del todo mal..., supongo.

De todas formas, aunque hace poco se había distanciado, ya estaba recuperando a Ender, me incluía más y...

Joder.

¿A quien pretendía engañar?

Ender estaba distraída con Clara, María y, hasta hace poco, con Lara.

Eso al principio me hacía sentir como... Como si yo solo fuera la amiga inicial, esa a la que dejas de lado cuando ya te terminas de instalar en el nuevo colegio o instituto.

Pero ya daba igual.

No era capaz de contárselo a Malena. Siempre hacia como que todo estaba bien aunque no fuera verdad. No me importaba.

Antes De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora