Verdadero amor - Jacob Black y tú (TEMPORADA2)

||Bicho raro||T2

-¿Dónde está Bastián?- pregunté bajando de las escaleras a los demás.

-Esta haciendo lo de siempre.- murmuró Ethan .

-Con Elena, me sorprende que no lo sepas, esta entrenando desde hace semanas ________(T/n).- comentó.

-Si, lose, hace menos de un mes se puso a entrenar, me refiero a que hoy acordamos en hacer algo juntos.- añadí.- Es raro que lo olvide.

-Es joven, siempre puede pasarse alguna que otra cosa.- volvió a decir Ethan.

-Ve a buscarlo entonces.- respondió Adrianne.

-Es lo que haré.- dije .

A continuación estaba por salir de casa, habían pasado semanas, de hecho, solo nos quedaban 3 días aquí, la fiesta sería en tan solo 3 días. Así que debíamos alistar todo, en esta ocasión Bastián iba a pasar el día a mi lado, por que lo decidimos de esa manera, ya que no siempre estábamos juntos. De hecho, sus días de entrenamiento nos estaban quitando un poco los momentos, sabía que quería ser fuerte, pero jamás imagine que iba a tomar muy enserio lo de entrenar. Aunque me parecía algo raro esa situación, no importaba nada, quería ver por que mi Bastián había decidido estar entrenando todo el día y no conmigo.

Pero si iba a aparecer se daría cuenta, así que llevé conmigo una de las pulseras obsequiadas por Elena, quién me comentó el poder que esta tenía , tan capaz de hacerte volver invisible por hasta media hora. Un tiempo suficiente que iba a aprovechar.

Cuando estuve ya en casa de Elena, empecé a caminar sigilosamente en el lugar, pude pasar a lado de un espejo y corroboré la información, pues parecía que no había nadie ahí, la pulsera funcionaba . Pero antes de pensar en algo más, escuché algunas palabras a lo lejos.

"Créeme que lo intento, pero parece que tengo dos pies izquierdos...."

"Solo son tus nervios, no debes asustarte."

Esas eran la voz de Elena y Bastián , pero el no parecía estar entrenando, pues su voz se sentía suave y algo ofuscada más bien, caminé en aquella dirección, pues era otra de las puertas de Elena, abrí esta con cuidado y ingrese. Pero lo que vi no era un entrenamiento. Bastián estaba en mitad del campo, extendida una mano y Elena un poco lejos, le indicaba como tenía que bailar.........¿Bailar?, ¿eso era lo que estaba haciendo Bastián?.

Comprendí por que siempre estaba aquí, claro que también se veía que entrenaba, pero al parecer quería aprender a bailar, algo por el estilo, quizás por el motivo que íbamos a la fiesta de compromiso. Sentí una leve punzada en el corazón que entristeció hasta mis ojos, él estaba haciendo esto por mi, por que iríamos juntos, se estaba tomando el atrevimiento de aprender y no fallar en el intento. No podía creer todo esto, me parecía algo dulce y tierno de su parte, cuando estaba por dar un paso hacía atrás, sentía una mirada fija sobre la mía, aun incluso en la distancia.

-________(T/n), hola.- dijo Elena en voz alta.

"Maldición", se había dado cuenta, ¿pero cómo?, no se supone que yo era invisible, como iba a saber que estaba ahí...Bastián giró algo confundido, pues creía que Elena estaba loca, hablando a la nada, algo muy raro, pero para ello, Elena avanzo unos cuantos pasos en mi dirección.

-Al usar esa pulsera, te vuelve invisible, pero tienes que hacer algo con los poderes, sino se va a sentir tu carga, como ahora. Y si, solo funciona entre brujas sentir la presencia de alguien.- continuo ella.

-Ay, lo olvide.- comenté mientras me quitaba aquella pulsera para dejarla a un lado.

-_________(T/n).- susurró algo avergonzado Bastián.

-Tranquila, pues no estabas en alerta o algo, bueno, debo irme. Creo que esto lo hablaran solos.- comentó ella , quién se acercó a darme un abrazo al cual correspondí.

-Gracias.- murmuré.

Vi a Elena salir del lugar en donde estábamos, Bastián se giró, imagino que no quería darme la cara o algo parecido, de cierta forma era una mentira, pero no era para dañarme, por el contrario, parecía ser una sorpresa, pero no todo iba muy bien que digamos.

Caminé hasta llegar a él, mientras me crucé un poco de brazos, quedando frente a donde estaba y levantar la mirada.

-Ahora comprendo por que estabas tanto tiempo aquí, casi día y noche.- susurré.- ¿Por qué no me lo dijiste?

-Era una sorpresa.- musitó.- No quería tampoco que sepas que no soy bueno bailando.

-¿No sabes....?- respondí.

-No.- intervino.- No asistía mucho a los bailes desde niño, no era bueno en eso y tampoco es que tuve a alguien que me enseñe. Y creo que lo que dijo Adrianne me aterró que quería aprender todo.

-¿Qué te dijo?.- inquirí.

-Bueno, me hablo acerca de las fiestas. Me dijo que en ella iban a ir seguro muchas personas, amigos de tu familia y hablaba que como la mayoría son vampiros están casi educados en las etiquetas sociales, bailan con elegancia y todo eso. – añadió. - Y pues , es como que todo son sumamente perfectos y pues yo iba a quedar como un bicho raro. Lo entendía así.

Escuchaba sus palabras y sentía tanta inocencia en él, comprendía la situación, la mayoría eran amigos de los Cullen, pero también habrían amigos de Bella y ellos no eran perfectos. Ni siquiera yo lo era, era fatal para bailar, apenas fui a mi graduación y de fiesta con Adrianne, pero nada de etiqueta como la que hablaba Adrianne. Eso era una etiqueta más alta, quizás como el de los Vulturi, pero no creía que tanto para Edward, antes de que pudiera decir algo más, él dio un paso hacía mi.

-Me aterraba no estar a la altura para ti, no quería ser un desastre en la fiesta, ya me imaginaba bailar y pisarte hasta tus zapatos o peor hacerte caer ,no se.- dijo.- Por ello pedí ayuda a Elena, bueno no es que sepa tanto de baile, pero era la única persona disponible, Adrianne iba a exagerar y Ethan esta más perdido que yo.

Le dedique una sutil sonrisa, para acercarme a su lado y extender mis manos tomando las suyas, apretando estas ligeramente y esconder un poco mi rostro en su pecho. Siempre me hacía sentir orgullosa de la hermosa persona que él era, sobre todo el hermoso corazón que él tenía hacía mí.

-Pues debiste recurrir a mí, no soy tan buena bailando, jamás te diría que no al ayudarte. Y no importa si es sorpresa o no, el hecho es que estaremos juntos, que será una hermosa velada- le respondí.

Dejó un beso sobre mi cabello, para pasar su mano por mi cintura y apegarme un poco más a él. Diría que era mi momento feliz, uno en el cual era inevitable no sonreír, ya que eran los momentos que a nosotros nos gustaba, solo los dos, sin interrupciones o algo. Iba a ayudarlo, aunque se opusiera, por que quería que sea una noche especial para ambos y que no se vea envuelta de desgracias o algo así.

-No se diga más, voy a ayudarte.- comenté.