||Déjame hacer ese sacrificio por ti.||T2

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Deje a Elena y Ethan atrás, ellos iban a seguirme luego, además conocían el camino perfectamente. Esperaba que al menos Elena no cuente mi plan suicida, no era una buena idea saber eso, no a mi padre. El aroma me acercaba a mi casa y también estaban los demás lobos de la manada de Ethan, podía escuchar sus aullidos y como todos se reunían en un solo lugar, frente a mi casa, en una especie de línea para mí.

Como si se tratase de un cortejo fúnebre para mí en su forma original, los lobos estaban en dos filas, flanqueando mi casa, no sabía si era para que yo ingresé o realmente cuidaban el lugar donde estaba Bastián, aún así me sentía muy nerviosa, no sabía si avanzar o algo. No era capaz de avanzar en aquella forma, así que regresé, me volví a transformar volviendo a ser una humana, tampoco podía verlos a la cara, tenía culpa en esto, era lo que al menos sentía y ahora no sabía si tenía que disculparme con cada uno. Sentí a ambos chicos que me habían acompañado ya estaban atrás mío, no giré a verlos, así que avancé, sin mirar a cada uno de las personas, pues todos estaban inclinados, era un alivio que no quisieran verme, sea respeto o no, estaba más tranquila con ello.

Diría que fueron los segundos más largos de mi vida, ya que al llegar a la puerta fue algo difícil, el tiempo se hacía eterno, mi mano estaba sobre la perilla, parecía que había un campo de fuerza en el lugar, quizás producto de Elena, pero era fácil para mi ingresar, titubee al hacerlo, pero me decidí cuando sabía que quería ver a Bastián, aún después de muerto.

Abrí esta con cuidado y sin pensarlo, ya estaba adentro, antes de girarme por completo, decidí cerrar la puerta, no sin antes darme cuenta que todos me estaban observando, de hecho, en mitad de camino estaba Ethan junto a Elena, ambos se detuvieron y solo me dedicaron un leve asentimiento, sabían que necesitaba un poco de tiempo a solas. Cuando cerré por fin la puerta, giré a ver donde todo estaba, ya que al parecer Bastián estaba en un cuarto a solas, las pequeñas velas que iluminaban el camino me llevaban a ello, quizás querían mantenerlo así, en un lugar más alejado y tranquilo. La sala era grande, pero creo que la sensación de recordar un ataúd en ese lugar, no sería lo ideal, para nada. Quizás esa también fue idea de Adrianne, ella no quería eso, tampoco.

Caminé despacio, sintiendo como el miedo se apoderaba de mí, una y otra vez, una sensación la cual me hacía temblar, como si algo te jalara a no avanzar, lagrimas estaban cayendo por mis pómulos, eran ligeros, pero estaban ahí desde un inicio. Creo que desde que ingresé a mi casa, la puerta de esa habitación estaba semiabierta, volví a tener miedo de abrirla del todo, saqué todas las fuerzas necesarias para avanzar, respiré y traté de tranquilizarme, pero lo que vi, fue algo que me derrumbo otra vez.

Bastián estaba ahí, acostado sobre la cama, con un traje de etiqueta, llevaba una flor azul en su bolsillo, estaba ahí, como si estuviera durmiendo, pero si piel no era la misma, no estaba totalmente con ese brillo característico en él. Me encontraba arrodillada frente a aquella imagen que estaba repitiendo, luego de ver a Bastián morir frente a mis ojos y ahora esto, eran cosas distintas, pero algo de común había, él estaba muerto.

-Bastián.......- susurré.

- susurré

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Verdadero amor - Jacob Black y tú (TEMPORADA2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora