-Despierta amor, hemos llegado. - susurró Bastián a mi lado.
Cuando apenas abrí los ojos, me encontré con su mirada, quién estaba depositando un beso sobre mis labios y sonriendo, creo que el vuelo me hizo tomar una siesta y de hecho ya no me encontraba en un avión, estaba en otra habitación, una pequeña de paredes blancas, con dos camas juntas. Al otro extremo estaba Adrianne, sonriendo y extendiendo su mano hacía mí.
-Estabas muy cansada y dejamos que durmieras un poco más, de hecho, llegamos más rápido. Apenas va a ser la 1pm y estamos en la ciudad de Forks, tranquila, nos fijamos muy bien que nadie nos siguiera. - comentó ella.
-De hecho, utilizamos talismanes creo, los sacamos de la maleta de que Elena te dio, creo que mencionó que eran capaces de ocultar tu energía, tu poder y mostrar otro rostro a los demás. - añadió Bastián. -Eso lo aprendí de Elena.
-Estamos en Forks.......- murmuré lentamente.
Me levanté de donde estaba y me acerqué a la ventana, pude ver que todo era cierto, recordaba el lugar, aunque sea un pueblo pequeño, tenía algunos edificios en el centro y hoteles en los cuales jamás me hospede, solo conocí el que estaba junto a la reserva Quileute.
Hasta podía decir que sentí el aroma de aquel bosque en el cual viví hace un tiempo, reconocía cada aroma, hasta del instituto que estaba cerca a nosotros. Estaba feliz de regresar aquí, aunque era un pueblo pequeño me gustaba el ambiente, su temperatura, su clima, hasta la calidez de la gente, no conocía a mucha, pero si rescataba a algunos.
-¿Lista?.- comentó Bastián acercándose a mi.- Solo nos quedan horas para alistarnos, no creo que quieras llegar tarde, encontré la tarjeta, dice 4 en punto, así que tenemos tiempo, solo estamos a unos minutos de aquí.
-Si, creo que debemos alistarnos, no hagamos esperar a la dichosa pareja, - informé al momento que giré a verlos.
-Esa es mi lobita.- concluyó Adrianne.- Hay que alistarnos, Bastián, anda alístate también, ¿sí?.
-Entendido, las veo en minutos.- añadió.- Bueno, creo que horas, solo avísenme.
Bastián dejo un beso en mis labios y se retiró, quizás habían alquilado otra habitación donde estaban sus cosas, lo que iba a vestirse, además no iba a cambiarse en el mismo lugar que Adrianne, no con ella. Cuando Bastián se fue, pude sentir a mi mejor amiga sacar miles de cosas de maquillaje, creo que iba a experimentar conmigo primero, podía ayudarla luego yo, pero creo que se rehusaba. Dijo que quién era importante hoy era yo y eso que no era mi fiesta. Aun así, asentí a sus ideas, pues jamás se iba a rechazar algo que ella decía, era imposible hacerlo.
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Mientras me ponía algunas cosas en el rostro, ella comentó que los vestidos estaban listos, que los había planchado y estaban colgados en un armario en la habitación. Que luego del maquillaje debía ir a alistarme, no podíamos tampoco llegar tarde, no era una opción, no en este día. Los minutos pasaban, hasta mi cabello estuvo en las manos de Adrianne para un peinado, solo ella sabía que era lo que estaba haciendo conmigo, hasta quitó los espejos para que no me vea, quería que sea sorpresa para Bastián.
