El viaje duro menos de lo que podía haber imaginado, era extraño regresar a este lugar de Italia, me recordaba a lo que antes había hecho, pero al mismo0 tiempo tenía nostalgia, ya que no sabía de Adrianne, ninguna pista, aquella carta que había escrito para mí no decía de a donde se marchaba, solo que al igual que yo, se sentía mal. Y eso que ella no era de esas personas, siempre mantenía un estado neutral en todo, pero creo que Bastián fue importante para nosotros.
Mientras me perdía en mis pequeños pensamientos, me encontraba caminando en mitad de aquella plaza frente al castillo de Volterra, diría que el ambiente en mitad de la oscuridad le daba un toque bastante tétrico , pero había dejado de temerles hace mucho, por lo que podía con todo ello, por supuesto y sí.
-Vaya vaya, que sorpresa. - comentó alguien. - No esperaba verte por aquí.
Me detuve unos segundos y observé de quién se trataba, eran tres personas con unas capuchas color negro y el collar característico de los Vulturi, dos de ellos bajaron su capucha, pero no los reconocí, quizás eran nuevos, pero aquella voz era familiar, mucho.
-Alec....-susurré.
-Me preguntaba en cuanto tiempo ibas a regresar. - sostuvo él.
-¿Por qué?.- mencioné.
-Si no vienes por el tema de las matanzas que hay últimamente, ¿a que vendrías?.- contestó- Aunque dudo mucho que a algún Cullen le hayan hecho daño, de ser así tú hubieses intervenido.
-Escuche rumores sobre algunas matanzas tanto en humanos, como vampiros, pero no he estado tan ligada a ello.- acoté.- Tengo mis pensamientos en algo más interesante.
-¿Qué más interesante que saber quién es la persona que ha estado matando a personas en estos días?, la respuesta te dejará helada.- masculló.
No entendía el punto al cual Alec quería llegar, pero antes de decir algo, se colocó su capa y giró para ingresar en el castillo, lo mismo hicieron los demás, diría que era la señal que debía seguirlos. Así que sin algún temor avance, estaba algo impaciente por saber la nueva historia de alguien matando personas, me llamaba la atención, aunque yo venía más por Adrianne. El castillo no había cambiado en absoluto, estaba como la ultima vez que vine, claro, a diferencia que había más cuadros en todo el pasillo, diría que, hasta uno bastante imponente sobre una batalla, quizás algún hurto a algún museo local.
Dos vampiros más estaban flanqueando la sala principal, en el cual seguro se encontraban Aro, Marco y Cayo.... avancé, no sin antes detenerme un poco, ya que habían rostros nuevos y estos me analizaban bien, creo que les parecía extraño ver a alguien en este lugar, diría que el latido de mi corazón les llamó la atención, demasiado.
-Es algo tedioso ver cómo me observan. - admití. - Sobre todo como se quedan petrificados.
-Entiéndelos, son nuevos, la guardia ha estado algo decaída, perdimos a algunos hace poco. - continuo Alec. - Las matanzas se están saliendo de control.
Para cuando dijo esto, ya estábamos en el gran salón, no había nadie dentro, hasta que Aro apareció, primero observo a Alec y finalmente a mí, creo que no esperaba mi regreso o al menos mi presencia en esos segundos.
-Mi querida ____________(T/n), que alegría verte.- comunicó.
-Ahorrémonos la hipocresía Aro, vengo por algo importante. - le contesté.
-Qué sutil, imagino que Alec ya te ha comentado sobre lo que está sucediendo. - me aclaró.
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