No pude decir nada más, no quería girar y ver nuevamente aquella caja. No era ni siquiera grande, apenas iba a la mitad de mi cuerpo y no eran dos, solo uno. Como mis padres podían estar en un lugar tan pequeño, tan reducido, sabía que este momento iba a llegar, pero no estaba lista para verlos hecho cenizas. Aún en mis 142 años esto dolía, dolía más que nada en el mundo, recordé estar en aquella cabaña, ver la silueta de papá y mamá despidiéndose y ahora verlos en una sola caja. No tenía el valor para abrir esta, no quería ver nada, sabía que ese recuerdo iba a atormentarme, pero si quería el hechizo iba a hacerlo.
Durante mi estadía con Elena trabajamos en un momento así, en algo que llegué a quebrarme por completo, según ella mis poderes se descontrolaban en las emociones. Sean de tristeza, ira o enojo...., por ello el dolor que sentí cuando Jacob Black se disipó por mi cuerpo. Pero Elena estaba preocupada por este momento, por cómo iba a ver los restos de mamá y papá.
-Carlisle, esto es mucho para ella. - se escuchó murmurar a Bastián.
-No tenemos otra alternativa. - dijo él. - Jasper.
¿Habían traído por eso a Jasper?, para que influya en mis emociones y trate de calmarme. Las lágrimas empezaron a descender de mis ojos, mi corazón se estaba partiendo en mil pedazos otra vez, pero sentía que hasta lo desgarraban.
Los pasos que di hacia la caja fueron suficientes para que caiga de rodilla ante ella y ponga mi mano sobre esta.
-Esto no es cierto.... - sollocé.
No me atreví a mirar a nadie más, traté de olvidar que habían personas cerca de mí, solo estaba mi familia y yo, solo nosotros, como antes, como aquellos tiempos. Tenía lo que parecía un seguro en mitad de esta, coloqué mis manos cerca apuntó de abrirlo. Dudaba de hacerlo, no sabía lo que iba a encontrar, pero la voz en mi mente decía que quería verlos, quería ver el contenido. Cuando abrí de golpe pude ver solo cenizas y unos cuantos huesos quemados. Ni siquiera iba a poder diferenciar cuales eran los de mi madre Andrea o los de mi padre Zeth. El gritó que di fue tan fuerte que pude sentir como se dispersó en ondas hacía los extremos de donde yo estaba. Fue tanto que pude escuchar unos quejidos cerca, quizás fue un golpe para Jasper, Carlisle, incluso Bastián.
Fue cuando perdí la noción de quien estaba a mi alrededor, no escuchaba más sonidos, como si un silencio absoluto permaneciera ahí, las lágrimas aún salían de mis ojos, pero ante ellos un leve brillo apareció. Y este provenía de la caja, extendí mi mano hasta ese lugar y cuando levanté un poco pude ver que se trataba del collar de mi madre. Uno que mi padre le regaló en una de las navidades que estuvimos juntos. Pero eso no era lo malo, lo peor vino después, al tocarlo se sintió tan caliente, como si estuviera sosteniendo el fuego mismo, me quemaba en su totalidad. En esos segundos todo mi panorama cambió, como si me estuviera mostrando un recuerdo, en el cual me sumergí en su totalidad.
Estaba viendo los últimos minutos de mamá, sintiendo la misma intensidad que mamá sentía, ardiendo en un espiral de fuego.
-¡Mamá! - grité.
No podía levantarme, solo veía a lo lejos a papá gritando, siendo sostenido por personas con trajes negros, de pies a cabeza. Viendo como su semblante cambiaba y veía las lágrimas en sus ojos, cayendo una y otra vez.
Inicio POV Bastián.
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