Capítulo 36

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—Necesito regresar —Damián sintió una gran inquietud en su pecho, tras leer el mensaje de Mildreth. Lo había recibido unas horas atrás, pero debido a juntas no tuvo tiempo de revisar su celular. Aunque marcaba a Maika una y otra vez, este lo dirigía a buzón.

—Hijo no hay manera en la que regreses, aún tenemos una reunión importante.

—No me importa.

—Debería, serás quien herede toda la compañía ¿Cómo se supone que puedas asumir la responsabilidad?

—Parece que no he sido claro, no hay nada más valioso para mí que Maika —los ojos grises comenzaban a mostrarse violeta.

—¡Damián! —Arthur trataba de hacer que su hijo se tranquilizara, al menos para que dejara de liberar feromonas. Aunque este intentó someter a Damián, las feromonas de su hijo eran más fuertes.

—Por favor tranquilícense —suplicaba Williams quien sentía asfixiarse ante las feromonas de ambos.

—Lo siento padre, pero debo irme... Andrew, necesitaré el jet listo para despegar.

—Jo... joven Walker ...—la voz del beta mostraba miedo, aunque no fuera afectado por las feromonas de los alfas, el ver aquellos ojos violeta era algo aterrador —no será posible.

—¿Qué quieres decir?

—La nevada es muy densa, no hay manera en que se pueda despegar.

Damián trató de buscar un piloto que se atreviera a desafiar esa tormenta, pero no había tenido suerte. Pensó en manejar de vuelta; sin embargo, el universo parecía hacer todo lo posible para evitar que este llegara a su destino, ya que las carreteras se encontraban cerradas debido a la nieve.

—Diablos —maldijo dando un golpe a la mesa.

Estaba consciente de que era posible que aquella cena estuviera a punto de acabar o hubiese terminado. Aun así, no importaba debía tratar de localizar a Mildreth, tenía que asegurarse de que Maika se encontraba seguro.

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Bzzz bzzz

—Es... espera Darrnaa ummm —Mildreth esperaba que la alfa se detuviera al oír el sonido del celular, pero a esta no le importó y siguió penetrándole —aaghhh Darnaa aaagh.

—Lo siento, no hay manera en que pueda parar —decía embistiendo fuerte, mientras la tonalidad violeta resplandecía en la oscuridad.

—Ammmhg —la omega trataba de ahogar sus gemidos mordiendo sus labios.

—Quiero escucharte —susurraba en el oído de Mildreth —Déjame oírte —demandaba, acelerando al tiempo que entraba con más fuerza.

—Ahhhhgggaaah —los gemidos de la omega ahora llenaban aquella oscura habitación, a la par que la alfa sonreía satisfactoriamente.

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Maika abrió los ojos repentinamente, el cuarto de hotel le era desconocido. Sintió un escalofrío al notar las feromonas de Cyrus impregnando su cuerpo, este se sentía dolorido. No vestía su saco, y su camisa se hallaba desabotonada. Sin importar que hubiera pasado, debía salir de ahí, tomó su celular.

Vio como este mostraba más de 23 llamadas perdidas de parte de Damián, aunque lo más lógico era marcarle, no lo hizo, no deseaba hablar con él, en ese momento estaba tratando de unir las piezas para saber lo que había ocurrido.

Después de tomar un taxi y llegar de vuelta a su hotel, percibía como la desesperación y la impotencia comenzaban a llenar su pecho. Se sentía sucio, se apresuró lo más que pudo para llegar al baño, los posibles escenarios de lo ocurrido habían hecho que se le revolviera el estómago.

Fragancias.Where stories live. Discover now