Fragancias.

Capítulo 72

El semblante del omega se notaba más tranquilo, sutiles sonrisas iluminaban su rostro de vez en cuando. Damián se daba cuenta por las feromonas de lirios de agua que su omega, se encontraba más estable.

—¿Cómo te sientes? —cuestionaba frotando el blanco cuello.

—Mejor, Lisa ha sido de gran ayuda este mes, me alegro de haber decidido ir a terapia.

—Me da gusto oír eso, ¿te sientes nervioso porque Lilian vendrá hoy? —lo conocía bien, podía darse cuenta de que Maika se encontraba inquieto, suponía que el ver a su abuela después de tanto tiempo era la razón de aquellas emociones.

—Nunca duré tanto sin verla... me pregunto si acaso me culpará por no hablarle antes y eso hace que me preocupe —el alfa depositó un beso delicado sobre aquellos labios cereza.

—Tu abuela estará feliz de verte nuevamente, ella no sería capaz de sentir algún tipo de sentimiento negativo hacia ti bajo ninguna circunstancia.

—Gracias —decía recargando su cabeza en el pecho del alfa —gracias por darme tu apoyo y ser mi pilar. Agradezco a la vida por haberte puesto en mi camino. No sé cómo pude siquiera —sabía lo que estaba a punto de decir, no deseaba que este siguiera recriminándose lo que había pasado en la piscina.

—Te amo —declaró abrazándole —en mi corazón no existe otro sentimiento que no sea amor hacia ti, así que solamente ámame de vuelta y deja ir cualquier otra cosa, ¿de acuerdo? —el omega asentía.

—Sr. Walker —interrumpía Priya —la Sra. Bennet acaba de llegar.

—Iremos enseguida. —la beta se retiró —¿estás listo?

—Si.

Su corazón se sentía nervioso, pero al mismo tiempo deseaba ver a su abuela. Sabía que esta también quería verle. Sintió un nudo en la garganta al ver a la omega, la imagen comenzaba a distorsionarse debido a las lágrimas que llenaban sus ojos.

—A... abuela —mordió sus labios y apretó los puños, sentía como sus emociones se desbordaban.

—Maika —Lilian se lanzó a abrazarle, verlo temblar ahí parado, lo hizo recordar al pequeño niño que contenía su llanto con tal de no preocuparla. No era necesario decir nada, ambos sabían el sentimiento que el otro tenía.

—Los escoltas estarán preparados para ir con ustedes—declaraba limpiando la mejilla del omega, era la primera vez que no le acompañaría a su cita con la psicóloga, pero Maika fue quien decidió decirle a su abuela que fuera con él.

—Estaré bien —proclamaba acomodando el saco del alfa. Sabía que este estaba preocupado de alejarse de él. Y aunque era consciente del porqué sentía eso, deseaba poder tranquilizarlo, aunque fuese un poco. —Estaré esperando aquí a que regreses, ¿sí? —el alfa asintió.

—Te amo.

—Yo también te amo, por eso estaré esperando con ansias por ti aquí.

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Bzzz bzzz

El sonido de sobresalto de Ezra tomó desprevenido al alfa.

—¿Qué sucede? —cuestionaba viendo como este tenía su vista perdida en la pantalla del móvil.

—...

—Ezra

—Perdón, pero mira —proclamaba acercando el celular a la cara de Luka, a la par que mostraba una enorme sonrisa —tu mamá me ha invitado a un desayuno.

—¿Estás seguro de querer asistir?, la gente del club por lo general vive de robarle la felicidad a las personas —no deseaba romper la ilusión del beta, pero le preocupaba los comentarios y prejuicios a los que este podría llegar estar expuesto.