Capítulo 66

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Toc toc

—Damián.

—¿Viniste a dormir tu siesta? —preguntaba acariciando la melena ondulada.

—Por alguna razón, no tengo ese sueño inquietante estando aquí.

—Me preocupa que sigas teniendo pesadillas, no puedes descansar correctamente. Debemos mencionarle esto a la obstetra cuando la veamos —decía sobando el vientre de Maika.

—¿Agendaste cita?

—Si.

—Damián, podremos verlo de nuevo —declaraba entusiasmado el omega.

—Tenemos la cita en tres días, quizás Lilian quiera acompañarnos.

—Estoy seguro de que estará feliz de hacerlo. Tu bisabuela te verá así que debes comportarte bien de acuerdo —proclamaba sobando su estómago. —Por cierto, mañana iré a acompañar a mi abuela a ver unos clientes.

—Maika.

—Solo será un cliente, y Maurice nos llevará, además Loretta también nos acompañará. ¿Por favor?

—Haré que un guardaespaldas los acompañe, no quiero que algún reportero los llegue a acosar.

—Pero...

—Esa es la única manera en la que puedes ir.

—Rayos, no soy capaz de enojarme contigo por cuidarnos y tratar de protegernos —decía abriendo sus brazos.

—Me alegro, vamos la comida está servida —declaraba levantando al omega —Priya dijo que estarás feliz.

—¿Tacos al pastor?

—Sí, mencionó que estuviste con el antojo desde ayer y quería darte la sorpresa —una enorme sonrisa se dibujó en el rostro del omega.

El adobo había impregnado la carne, el ligero sabor picante de esta contrastaba con el dulzor de los trozos de piña. Priya se había asegurado de hacer una salsa de tomatillo verde, con chiles tatemados no tan picante, para que Maika pudiera degustarla sin sufrir. El cilantro, lo crujiente de la cebolla y la acidez del limón hacían que cada taco, tuviera el balance perfecto.

—Priya saben deliciosos, gracias —decía para después dar un mordisco.

Damián disfrutaba de igual manera la comida, pero el ver a su omega deleitarse con cada mordida era un extra que amaba.

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—Padre, solo quería avisarte que tendremos una cita con la obstetra dentro de tres días. Si quieres acompañarnos eres bienvenido.

—Me encantaría ir personalmente, pero estaré cerrando una negociación fuera de la ciudad. ¿Pudieras tomar un pequeño video?

—¿En verdad me estás pidiendo eso?

—Claro que sí, deseo ver a mi nieto lo más pronto posible.

—De acuerdo, jajajaja. Descansa.

—¿Qué dijo?

—No podrá acompañarnos, pero me pidió que grabara el ultrasonido. Tu abuelo te consentirá demasiado —declaraba mientras ponía crema humectante en el vientre del omega.

—¿Es lavanda?

—Si, se supone que ayuda a conciliar el sueño, como has tenido muchas pesadillas, pensé que quizás pueda ayudar un poco con eso.

—Tal vez hoy si logre verlo por completo.

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—Zeth, estará a tus servicios.

Aquel beta poseía la misma altura que Damián y era musculoso. Si alguien se basaba solo en su físico, este fácilmente podía pasar por un alfa.

—De acuerdo.

—Por cierto, ¿pudiste atraparlo?

Por más que intentó correr con el fin de capturar al dueño de los maullidos, Maika no lo consiguió. La felicidad que sentía al ver aquella cola entre los matorrales, siempre se desvanecía al mismo tiempo que los maullidos iban cesando.

Fragancias.Where stories live. Discover now