Capítulo 45

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Los segundos en ese momento se sentían como una eternidad, el sonido de la voz de Luka resonaba fría en forma de eco.

—Ezra ¿quién te habló de Ian?

El alfa notaba como las manos delgadas se aferraban cada vez más a sus piernas, los ojos que antes le veían fijamente, ahora parecían tratar de evitar encontrarse con su mirada lo más posible.

—¿Qué importa quién me lo dijo?

—Ezra... —deseaba volver el tiempo y evitar pronunciar aquel nombre, quería que los ojos claros siguieran mostrando aquella dulce mirada.

—Umm, me lastimas —sin darse cuenta se hallaba apretando la delicada muñeca.

—Perdóname —decía liberándola inmediatamente tras oír el quejido del beta —solamente quiero saber quién te habló de él.

—Olvida lo que dije, por favor... por favor —la voz suplicaba cada vez más tenue y temblorosa.

—Uff —exhaló profundamente el alfa.

—La razón por la cual me elegiste... ¿Es por qué te recuerdo a él?

—¿Qué dices?

—¿Acaso soy un reemplazo? —no sabía cómo había sido capaz de decir eso. Al levantar la mirada notó como la cara de Luka demostraba confusión —¿soy solo eso para ti? —conforme su garganta ardía con cada una de esas sílabas, su mirada comenzaba a empañarse.

El alfa le tomó en un cálido abrazo, aunque el beta quería aferrarse a su espalda, algo le impedía soltar el agarre que mantenía en sus piernas.

—No es así, en lo absoluto, Ezra —al entrar en contacto con aquel cuerpo tembloroso lo entendió, al igual que él, aquella delicada figura tenía miedo —la razón por la cual me molesté al oír su nombre fue, porque sabía que tarde o temprano, alguien intentaría hacerte sentir mal al tratar de meter ideas en tu cabeza. Al final fui yo quien estúpidamente te ha hecho pasar por un mal rato —proclamaba tomando con sus palmas el rostro del beta.

—...

—Confía en mí cuando te digo que no eres un reemplazo, Ezra eres la persona más valiosa para mí. No voy a negar que Ian fue muy importante, pero eso ya quedó en el pasado. No quiero que pienses, que aquellos sentimientos que albergué por él aún continúan en mi corazón... Te amo Ezra, a ti. No a nadie más —las palabras que los labios durazno acababan de pronunciar le tomaron por sorpresa, pero le hacían sentir tan feliz —Te amo.

El beta rompió la distancia de sus bocas, la forma tan íntima en que sus lenguas se envolvían, era como si este pudiera saborear las palabras que acababa de pronunciar. El silencio reinaba al separarse, los ojos esmeralda le veían de tal manera, que dejaba ver que deseaba corresponderle y manifestarle lo mismo, pero aún no era capaz de hacerlo.

—No necesitas decirlo aún —proclamaba poniendo su frente contra la del beta —esperaré paciente a poder escuchar esas palabras de tus labios. No importa que, estaré a tu lado de eso no tengas duda —Ezra sonrió asintiendo —Lo último que quiero es que haya malentendidos, creo que es justo, que de igual manera como yo quiero conocer tu pasado, tú desees saber el mío

—¿No te molestaría?

—Claro que no.

Luka se dirigió a un librero en su estudio. Al estar por tomar el libro de cubierta azul, notó como por primera vez no lo inundaba la tristeza, a decir verdad, no tenía ningún tipo de sentimiento alguno.

Se recostó, estiró su brazo en forma de invitación, la cual Ezra no dudo en tomar, reposando su cabeza en el pecho de Luka. Había pasado mucho desde que había recordado el tiempo al lado de Ian. Y aunque no era algo que le agradara, su prioridad era remover de Ezra, el sentimiento de inseguridad que habitaba en él, debido a las personas malintencionadas que le habían metido ideas con el fin de herirlo.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora