Capítulo 57

1K 176 132
                                    

—¿Cómo amaneciste?

—Mmm, bien.

—Me alegro, debo admitir que nunca imaginé que hicieras un nido, te veías tan tierno durmiendo.

—Te extrañaba demasiado —decía posando su mano en el pecho del alfa.

—Yo también —declaraba depositando un beso en la frágil mano de Maika —Priya me dijo que te sentías mal. Sabes que ella y Maurice están a tu disposición en caso de que ocupes ir al médico.

—Lo sé, pero no fue nada grave, solo comí demasiado... ¿Llegarás tarde hoy también?

—No, prometo regresar temprano, y vendré a comer a casa hoy.

—¿En serio? —el alfa asintió —que bien —respondía sonriendo —¿será que tú también me extrañaste? —cuestionaba mientras se montaba.

—Cada minuto del día —proclamaba, acercándose a la boca cereza. Sentía como los glúteos del omega, presionaban contra su miembro. Comenzó a dejar un camino de besos por el pálido cuello, retiró la parte superior de la pijama exponiendo los erectos pezones, el color rosado era más fuerte debido a la excitación que sentía Maika. Se dispuso a saborearlos...

—Haa Mmm Damián —gemía al tener los dientes del alfa presionando contra su piel. Notaba la erección, movió su cadera de atrás hacia adelante con el fin de estimularlo más —aaghhh Damiaaaan.

El alfa buscó la boca que le estaba llamando, introdujo sus manos en la parte posterior de la pijama del omega, sus dedos percibieron como la cavidad rectal se encontraba lubricada.

—Aaaaghhh ummm hah mmmm —los dedos del alfa empezaban a estimularlo —lo quierooo mmm —declaraba tomando y moviendo sus manos a lo largo del miembro de Damián.

—¿Lo quieres? —el omega asintió con efusión —si tanto lo deseas no puedo negártelo —decía entrando de golpe, sintió las uñas del omega en su espalda, amaba eso. Le encantaba sentir la calidez del interior de Maika, como se aferraba de alguna manera a su pene, a la par que su exterior se mostraba jadeante y tembloroso cada que este estimulaba su punto sensible.

—Mmm aaagggg sssiiiii maaasss hhaaa.

Las feromonas del omega, trasmitían el deseo que le inundaba, se sentía afortunado de poder saborear de tantas maneras la excitación que Maika sentía.

—Me voy a correr...Mmm Damiaan, hahh me vengoo.

El alfa le embistió mientras él se corría, al estar eyaculando percibió la calidez del semen de Damián llenando su interior.

—Eres hermoso —proclamaba besando el cuello del omega.

—Aaahh ma.... maas.

—Maika, tengo que ir a la oficina.

—Pode aah podemos hacerlo en la ducha, así no perdemos tiempo.

—Diablos —decía tomando al omega, dirigiéndose al baño.

********************************************** 

—Buenos días, joven Maika, joven Damián. El desayuno está servido.

—Muchas gracias, Priya —los ojos del omega recorrían la mesa, he iba directo al refrigerador —¿sucede algo?

—Mantequilla de maní.

—No sabía que te gustaba.

—Casi no la consumo, pero al imaginarme la manzana verde con la mantequilla de maní, se me hizo agua la boca —respondía tomando un bocado —deliciosoooo.

—¿Deseas que te sirva algo más? —hecho de nuevo un vistazo a las opciones que había, y por alguna razón los olores de los demás alimentos le resultaban demasiado fuertes.

—No, solo esto.

—Procura no comer mucho dulce, recuerda que tu estómago se está recuperando.

—Sí, no te preocupes —decía ingiriendo con entusiasmo las rebanadas de manzana.

Fragancias.Onde histórias criam vida. Descubra agora