Capítulo 47

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—Maika ya es suficiente, no es necesario que se queden otro día más supervisando.

—Joven Bennet le aseguró que estamos a la altura de la tarea asignada. El joven Walker ha dejado muy en claro, que no espera menos que excelencia de los servicios prestados hacia la Sra. Bennet.

—Umm —aunque sabía que Damián no mandaría a alguien no calificado, le costaba dejar a su abuela sola.

—Si gustas, yo puedo quedarme un día más después de clases —decía el beta.

—No ya es suficiente, no quiero verlos a ambos aquí por el resto del día, ni los días posteriores. Estas jóvenes se están encargando de todo de manera espléndida. Así que, si quieren ayudarme, salgan de aquí y vayan a vivir su vida.

—Abuela no

—No es una petición jovencito, es una orden, largo, fuera.

El omega salió casi a regañadientes del apartamento, pero sabía que si trataba de volver su abuela se estresaría más, ya que esta había usado su voz seria en su última frase.

—Uff —suspiró Maika —bien supongo que no queda otra opción. Dijiste que querías que te acompañara a un lugar, antes del incidente, ¿cierto?

—Sí, pero ¿estará bien?

—Conoces a mi abuela igual que yo, sabes que no hay manera en que volvamos allá adentro, así que es mejor ocupar nuestra mente en algo más. Por cierto, ¿cómo ha tomado Luka el hecho de que vengas después del instituto estos días? Estoy seguro de que no le agrada en lo absoluto.

—Jajajaja aun cuando es algo difícil para él, me apoya y entiende que ustedes son muy importantes para mí... son mi familia, así que está bien.

Ver al beta estar con alguien que por fin lo tratara con respeto y lo apoyara, era algo que ponía paz y alegría en el corazón de Maika. Ya que las relaciones anteriores habían dejado en Ezra heridas tan profundas que, en algún momento, llegó a creer que lo perdería. Así que agradecía que el alfa estuviera a su lado.

—Más vale que no se oponga a que pases tiempo con nosotros, si es así le patearé el trasero —decía con una voz llena de determinación el omega, tomándolo del brazo. El beta, por su parte, no había podido evitar soltar una carcajada tras escuchar dichas las palabras.

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—Vaya no estaba al tanto de que acostumbrabas venir a este tipo de tiendas —declaraba Maika.

—No lo hago, Luka fue quien me trajo.

—Me siento algo fuera de lugar aquí —proclamaba al ver tiendas de marcas de renombre, una al lado de la otra.

—Jajaja te entiendo perfectamente, gracias por no dejarme experimentar esto solo —decía soltando una risa.

Al llegar a la puerta de Giuseppe, recordó aquel día en el que él y el alfa habían ido ahí. No podía evitar sonreír al tener de vuelta en su memoria esos momentos. Dirigió su paso a la esquina de la tienda, que había robado su atención la última vez que estuvo ahí.

—Buenas tardes, ¿están buscando algo en específico?

—Si, unas esferas de cristal.

—¿Esferas? —preguntaba un poco confundido el omega.

—Si —para el beta el poder compartir una comida al lado del alfa, con aquel hermoso árbol de navidad adornando el entorno, era algo que le llenaba el alma.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora