Capítulo 95

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—Es un gusto conocerlo, si les parece bien podemos comenzar.

Era la primera vez que Ezra y Luka tenían terapia en pareja, habían dado un paso importante al volver a tener intimidad, pero si querían seguir avanzando sabían que era necesario para ellos solidificar aún más su relación. No era sencillo tocar los acontecimientos pasados, pero eran conscientes de que tenían que hacerlo. Derribar esas viejas estructuras dañadas para construir una fortaleza firme, impenetrable.

—Gracias por hacer tiempo en tu agenda y asistir, significa mucho para mí... y sé que ayudará bastante a nuestra relación.

—Mientras este a tu lado, sé que todo mejorará. No tengo duda de ello —declaraba besando el dorso de la mano del beta. —por cierto, tengo una sorpresa. —los ojos esmeralda le veían llenos de curiosidad.

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—Diablos, eres todo un bombón, lindura, ¿no te gustaría ir a algún lugar más privado? —cuestionaba un alfa al ver a Maika. El omega se limitó a ignorarlo y girar su cara en dirección contraria —Así que te haces el difícil ¿eh?

—Déjame en paz y lárgate de aquí —respondía sin dirigirle la mirada con un tono frío.

—¿Quién rayos te crees que eres para ignorarme?, ya quiero ponerte en cuatro y que

—¿Cómo te atreves siquiera ver a mi omega? —preguntaba Damián mientras tomaba del cuello al alfa y comenzaba a alzarle. —Una escoria como tú ni siquiera es digno de respirar el mismo aire que él. Así que quizás deba hacer que dejes de hacerlo —agregaba, mientras comenzaba a apretar el cuello de este.

—Aagggggg —no era capaz de articular palabra, sentía como el aire se acababa al tiempo que su tráquea era suprimida. Maika fijó sus ojos en las manos de su alfa, amaba como las venas se saltaban conforme este apretaba con más fuerza. Por más que hubiera querido seguir apreciando eso, sabía que tenía que detenerlo.

—Damián. —aquellos ojos grises se hallaban vistiendo el violeta. —Ezra y Luka deben de estar esperando por nosotros. No vale la pena desperdiciar nuestro tiempo aquí —agregaba con una voz delicada.

Los empleados del club observaban contenidos, no tenían el valor de tratar de detener a Damián. Infligió un poco de más fuerza haciendo que el alfa perdiera el conocimiento, le aventó como si se tratara de una muñeca de trapo.

—Asegúrense de que no vuelva a poner un pie aquí —decía tomando la mano de Maika al tiempo que abandonaba la sala. Los empleados se limitaron a asentir, mientras comenzaban a atender al alfa inconsciente. —Perdón por dejarte solo, debido a eso, insectos sintieron la necesidad de acercarse a ti.

—Está bien, mentiría si dijera que no disfrute ver ese lado protector —decía entrelazando su mano con la del alfa.

Las salas que habían reservado eran las más exclusivas del club, lo que menos deseaban eran ser molestados. Luka y Ezra se hallaban esperándolos, el omega no pudo evitar sonreír al ver como el alfa se encontraba abrazando al beta por la cintura, y notar como una sonrisa invadía la cara de su amigo le llenaba.

—Vaya, pensamos que no llegarían —exclamaba Luka sin soltar a Ezra.

—Una disculpa hubo unos pequeños contratiempos —proclamaba Damián mientras se acercaba para saludar a su amigo. —un gusto verlos —añadía asintiendo en dirección al beta.

—Igual estoy feliz de verlos de nuevo —decía Ezra al tiempo que abrazaba a Maika.

—Es bueno verte, te extrañé —declaraba el omega, respondiendo aquel abrazo con más fuerza.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora