Capítulo 62

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—Aahh no sabía que tenías mmm reservada una habitación —declaraba mientras el alfa mordía su cuello.

—Digamos que no me pude resistir —respondía abriendo la puerta.

Levantó a Maika en sus brazos y se dirigió a la recámara.

—Espera —Damián lo bajó con cuidado, el omega le empujó con el fin de que este quedara sentado en la cama —umm amooo —declaraba pasando su lengua por el cierre del pantalón.

—Maika —musitó rozando con su pulgar el labio inferior del omega.

Su interior palpitaba mientras comenzaba a estimular el miembro del alfa, lo alzó con el fin de lamer los testículos, subió de a poco, empezando a degustar el líquido preseminal, le encantaba su sabor. Sentir el calor del pene contra su lengua, lo excitada, se encontraba deseándolo más, empezó a engullirle, salivaba a medida que le masturbaba y enrollaba su lengua en el glande.

Oír como Damián respondía con jadeos, y sentir en las feromonas de este la excitación que crecía le encantaba. Le costaba respirar, era difícil para él introducir aquel miembro, pero no tenía intención de detenerse.

—Agggh Maika.

Las pulsaciones, junto con la manera en la que el alfa se aferraba a su cabello, hacía que su cuerpo empezara a lubricarse por completo. Damián empujó su cabeza, sabía que este terminaría, quería beber cada gota de su semen. Sus mejillas se hallaban en llamas debido al éxtasis que estaba experimentando.

Gulp gulp

Maika removió su saco, pantalón, y ropa interior dejando una imagen que resultaba un manjar para los ojos grises.

—Diablos, se supone que debo contenerme, pero estás haciendo que sufra —proclamaba tocando los ligueros, al tiempo que el omega se acercaba para sentarse en las piernas del alfa.

—Aghhaahhh —Damián succionaba los pezones, estos se sentían aún más estimulados debido al roce de la tela sobre su piel.

—Sabes que no puedo —declaraba, al notar como el omega se frotaba contra su miembro.

—Ummm, peroooo aaaghhh, Damián —suplicaba liberando feromonas, necesitaba sentirlo. Su interior no dejaba de palpitar, su cuerpo gritaba de todas las maneras que deseaba ser uno con él.

—No —respondió devorando aquellas palabras que suplicaban que le penetrara.

—Solo una vez, ¿siii? —pedía alzando su cadera, buscaba introducir el pene del alfa. En cuestión de segundos, Damián le había tomado y colocado en la cama. Aquella tez blanca vestía un rubor, y los ojos grises mostraban un aro violeta.

—No, créeme, estoy dando todo de mí para lograr contenerme, Maika por favor.

—Pero...

—No te preocupes —mordió el interior de la pierna pálida —haré que te sientas tan bien, que empaparás estas sábanas con tus fluidos —declaraba removiendo su camisa.

—Esperaghhh.

Empezó a marcar los muslos de Maika con sus mordidas, esa parte del cuerpo de este era un punto sensible, el miembro del omega se hallaba temblando al sentir los dientes del alfa contra su piel.

—Agghhh hhaaagggh.

La lengua de Damián lamía los fluidos que se derrochaban de la parte posterior de Maika, era dulce, tan dulce como el almíbar. El interior de este era tibio, disfrutaba de sobremanera sentir cada textura de aquella cavidad.

—Se siente bien, aaaghh me, me veeen aaaghhhh gooo —la corriente de electricidad atravesó su cuerpo, haciéndolo terminar. Percibió la calidez de propio semen sobre su vientre.

Fragancias.Where stories live. Discover now