Batalla sobre el Mar

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Pasamos a una escena diferente.... Una que puede que muestre solo tranquilidad, dado que es una granja.

El mismo chico con pecas, lleva una horca al granero, que tiene trozos de heno sueltos colgados por el suelo. Pasó por un lavabo con un espejo detrás, y algo lo hizo detenerse y mirar más de cerca. Vio su propio reflejo y levantó un mechón de su cabello, como si esperara algo diferente.

Se inclinó hacia adelante y examinó el espejo más de cerca. Como si hubiera algo más dentro de este, como si esperara algo más, que solo ver su reflejo.

-¿Hola? – Hizo la pregunta, como si estuviera seguro que hay alguien más aquí.

Al ver que no pasaba nada, negó con la cabeza. Como diciendo que estaba haciendo estupideces. Justo cuando estaba a punto de retroceder, una voz resonó, enviándolo a estrellarse hacia atrás. Y esta en verdad...

-¡Hola! ¡Soy el profesor Ozpin! – Esa voz... Esa voz... ¿¡Estaba en su cabeza!?

El chico miró el fregadero y el espejo del suelo del granero, respirando con dificultad. Ok... Ok... No era un sueño, el golpe que se dio, decía que no era eso, ya que le dolía el impacto. Desde fuera del granero, la voz de una mujer gritó, haciendo que mire hacia el origen, a pesar de que no la veía.

-¿Oscar? ¡Ten cuidado con esas herramientas!

-¡Si tía, perdón! – el chico llamado Oscar, se puso de pie, se acercó al espejo y... - Que extraño...

-No tanto como lo que te espera. Y antes que grites y des otro salto. – Oscar se llevó la mano a la boca para no soltar el grito que quería dar. – Creo que sería mejor que acabes con tus actividades, para que pueda... hablar contigo en paz. ¿No?

... ¿Qué demonios pasaba?

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El día siguiente vino con lo que uno piensa, es la información de que se acabó la amenaza y que ahora mismo, pueden regresar a sus casas. Obvio, la alegría de las personas que pensaron, habían perdido su hogar, era palpable.

Al final, lo que nuestros amigos se ganaron, fue lo que uno llamaría, premios o recompensas que son simples. Comida, algunas ropas y demás. No era una misión oficial de cazadores, así que en verdad no había dinero de por medio.

Ahora, se hallaban esperando lo que sería la hora de su transporte hacia Menagerie. Que la única manera de llegar a ese lugar, es por barco, al ser un continente, que de por sí, estaba separado o aislado de todos los demás.

-¿A que hora debemos de estar en el barco? – Yang hizo la pregunta, mientras bebía del vaso que tenía.

Ahora mismo, todos se hallaban en lo que sería un bar. Uno donde varias personas pasan, para pasar el tiempo o para hacerse de la información de lo que uno puede considerar, son trabajos de mala muerte. Si, los mercenarios, son algo que es común en los bordes exteriores de los reinos. No le tienen que dar cuentas a nadie, mucho menos tienen que decir el porque de sus trabajos o como es lo que los terminan, solo deben de estar acabados y ya, la paga viene. No es que sea algo malo en verdad. Lo que si puede ser algo molesto, es que, dado por la situación en la que están, ellos mismo se pueden considerar mercenarios.

Y Neo, por su basta experiencia, dice que es lo mejor. En este pueblo, donde están, los cazadores no son bien vistos por diferentes razones. Y desde la caída de Slither Inc. las cosas solo han empeorado.

-Se nota la influencia de Serpent, aun tras estar muerto. – Weiss bebió de su vaso, jugo era lo que había ahí. – Pensar que en verdad, hasta siendo nada, ese bastardo tiene poder en las mentes de las personas.

RWBY: ZX LegacyWhere stories live. Discover now