Llegada a Mistral

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Un arco de fuego se mueve a través del lugar que de por sí carecía de una gran iluminación, seguido rápidamente por otro. Hay un breve ritmo antes de que otros dos arcos de fuego atraviesen el lugar. Un círculo irregular de llamas estalla hacia afuera desde el centro, revelando a una jadeante Cinder Fall.

Ella está en una habitación grande y vacía. Detrás de ella hay un pasillo abovedado oscurecido. A ambos lados del arco, las paredes de la habitación tienen una repisa baja en la que llevan varias velas blancas encendidas. Cuatro Beowolves se acercan a ella, moviéndose en una formación de semicírculo. Cinder balancea su brazo izquierdo hacia ellos, enviando otro corte de fuego. Atraviesa el medio de los cuatro Grimm y se desintegran.

La mejor jadea de nuevo, todavía erguida pero tomando un respiro. No tarda mucho, ya que unos pasos pesados ​​se acercan por su izquierda. Ella jadea y mira en su dirección. Un Beringel salta en el aire, listo para asestarle un golpe con el puño. Cinder, sin embargo, retira su brazo derecho y empuja una bola de fuego directamente hacia él. También lo desintegra.

Cuando el cuerpo de la bestia desaparece, Cinder cae de rodillas, respirando con dificultad.

-Ya es suficiente. – se oyó una voz de mando.

Salem avanzaba mientras Cinder aún seguía luchando por respirar normalmente.

-Pensé que eras la chica que quería poder. ¿me mentiste al decir ello?

Cinder se estremeció ante la fuerza de la pregunta de Salem antes de mirar hacia arriba. Volviéndose hacia la mujer de cabellos blancos, Cinder claramente niega con la cabeza para demostrar que no es así.

-Entonces deja de reprimirte. Si deseas dominar tus nuevos poderes, debes de...

Salem fue interrumpida por el sonido de las puertas abriéndose. En el extremo opuesto del salón de piedra, entraba sollozando, Tyrian. Cae de rodillas una vez en la habitación, con las dos manos apoyadas en el suelo y la cabeza inclinada.

-Lo siento. – dijo el hombre llevándose la mano a la barbilla. - Ella me perdonará. Por favor. - Tyrian se inclina de nuevo en la última palabra. - Perdóname ...

Salem tomó aire. Si bien agradece que sea leal y todo, este imbécil la tiene harta con sus afición de que ella era una Diosa. Juega el papel para que siga haciendo lo que sabe hacer, servirle. Pero jura que tiene unas ganas de matarlo....

-¡Tyrian!

Ella se pone firme ante él. Ella levanta su cuerpo pero permanece sentada sobre sus piernas mientras Cinder se levanta del piso de piedra detrás de Salem.

-Sé claro... ¿Tuviste éxito? ¿Sí o no? – pudo ver miedo en los ojos del Faunus. Más aún, veía algo más...

-N-no.

Los ojos de Cinder se ensanchan al oír esa noticia. Salem también parece sorprendida por un momento antes de entrecerrar los ojos y alejarse. Cinder observa a su líder por su reacción sin mirar a Tyrian.

Salem tomaba aire, debía de calmarse... ¿Cómo es que no pudo...? Si, obvio... los Megaman. Pude que ellos sean una molestia más grande de la que pensó al inicio.

-¡Pero ... pero la esperanza no está perdida! Mi cola, mi aguijón ... ¡Yo lo envenené, Qrow! Ya no será una molestia para ti, no ... ¡ya no! He hecho eso ... Además, hice contacto con uno de esos Megaman. Uno.. uno me dio un trozo del metal que buscas.

Salem se irguió al oír ello. Cinder también, ella estaba segura de que eso no puede ser tan malo. Pero...

-¿Y el metal? – a esas palabras...

RWBY: ZX LegacyWhere stories live. Discover now