Inesperado [Drarry]

Sólo.

Salió rumbo a la recepción donde averiguaría el paradero de Draco Malfoy.

Sin saber realmente porque.

En el otro Pabellón Draco Malfoy sólo podía pensar en el bastardo de su padre, mira que dejarlos sin nada y huir no era nada noble, no le podría reprochar nada realmente. Lucius siempre hacía lo mismo.

Con frecuencia pensaba en su madre, en lo mal que debería estar pasando en Azkaban, a pesar de haber leído que los dementores habían sido retirados por nada menos que la opinión de Harry Potter. Sin embargo, sabía que pasarían unos años hasta que la opinión del Salvador del mundo mágico contara para hacer una ley.

También pensaba en el de ojos verdes con más regularidad de la que le gustaría admitir.

Sus mejores amigos sabían que el rubio había estado calado por el mismo desde aquella vez en la tienda de túnicas, y que lo había molestado sólo por llamar su atención...Y porque su padre se lo había ordenado.

¡Demonios! ¡Como odiaba a su padre!

Si el cobarde no hubiera sido mortifago, las cosas serían muy diferentes.

El rubio estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta que gotas brotaban de sus ojos.

Y de que alguien entraba a su habitación.

Todo su cuerpo se tenso y se preparó mentalmente para lo que venía, disimuladamente limpió sus ojos y dio la cara a quien había entrado. Quien extrañamente no había dicho nada.

Era muy sospechoso y muy peligroso, no tenía varita pues el ministerio se la había confiscado... Estaba hecho, adiós a su vida.

Levantó la vista y se sintió aliviado, sólo era Harry Potter quien lo miraba con pena y lástima, palabras que el rubio detestaba.

-¿Que quieres,Potter?- preguntó con fastidio en su voz.

-¿Como es que has terminado así?

-Explicate , San Potter.

-Sabes , esto es estúpido- dijo.

Draco Malfoy lo miró enarcando una ceja. Su gesto característico.

-Me refiero a... Seguir siendo enemigos cuando ya estamos muy grandes.

Draco Malfoy siguió con su ceja.

-Yo...- Harry lo había pensado mucho, era hora de actuar -... Quería saber si ...Si nosotros- Un sonrojo apareció en sus mejillas- Podemos- Su corazón latía muy rápido- Intentarlodenuevoyser
amigos.

Draco quería reírse, lo consideró inapropiado.

En la mente de Harry parecía que todo se había esfumado, se encontraba completamente en blanco.

-Potter, tendrás que repetirlo.

Harry pareció darse cuenta de su error.

-Bueno, creo que ambos estamos muy grandes para seguir peleando como cuando éramos niños y yo quería saber si podíamos dejar de pelearnos.... - Harry lo miró esperando una respuesta.

Draco Malfoy no tenía mucho amigos y esa propuesta le parecía atractiva...

Se encontraba sólo.

Sólo Pansy y Blaise lo habían ido a visitar, pero tampoco eran muy bien recibidos.

Su madre... Merlín, su madre. Como la extrañaba, como le hacía falta.

Su padre poco le importaba.

A veces pensaba que todo había sido una pesadilla, el Pabellón A se encargaba de que no lo creyera.

Potter lo miraba con expectación en su rostro, el rubio lo miró detenidamente y le pareció aún más hermoso...

¿El había pensado eso?

-Claro, Potter. Considera ser  mi amigo.

Una gran sonrisa cubrió su rostro.

-Sabes, esta habitación es un asco y al parecer hoy salgo de aquí ¿Tienes lugar donde quedarte?

Una sombra de tristeza cubrió el rostro de Draco Malfoy. Para Harry no pasó desapercibida.

-No Potter, ¿acaso no lees el Profeta? Todas las propiedades de mi familia las tiene el ministerio, la fortuna, la mansión. Estoy completamente sólo y cuando me saquen de aquí probablemente me manden a Hogwarts. Después de eso a Azkaban, supongo.

Harry volvía a tener pena.

El rubio odiaba eso.

Sin previo aviso, Harry Potter corrió hacia su ahora ex-enemigo Draco Malfoy y lo abrazaba.

Ese acto tan inocente dejó a un sorprendido rubio, un sonrojado moreno,l os corazones de ambos latiendo fuerte y rápido.

Y la sucia habitación 102 en el pabellón A era testigo de un nuevo sentimiento en los corazones de ambos.

¿Cuanto tiempo había pasado? Se sentían ¿bien? en los brazos del otro...

El tiempo parecía lento.

Ninguno supo que alguien los miraba.