Capítulo Vigésimo Primero: Reglas y Celos

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Ocho días después de la desaparición de Ginny Weasley.

A Harry le había costado tres días convencer a Draco a que ayudará a la investigación. El hecho de que fuera su ex-novia la que estaba perdida (y que era una desequilibrada) no ayudaba en nada. Fue sólo cosa de sexo,besos,sexo,un intento de cena romántica,sexo e incluso (para el tercer día) se había atrevido a escribirle un poema a Draco. Pero no fue necesario, ese mismo día el rubio dijo que si. Se ahorró la vergüenza y mentalmente suspiro con alivio. Sólo esperaría algún día tener el valor para darle el escrito.

Caminaban tomados de las manos,si alguien venía sólo se soltaban. Odiaban estar escondidos pero tenían que cuidarse de Lucius Malfoy,y de que alguien le dijera algo.

Llegaron hasta la Torre de Astronomía donde Hermione leía un libro y Ron y Blaise se daban mimos. Los vieron cuando se acercaban y ambos no pudieron sentirse un poco incómodos. Draco incluso se sintió molesto (a los padres de Blaise les hacía feliz que su hijo fuera gay) pues podían demostrar su amor en público.

Hablaron durante horas,pero siempre llegaban a la misma conclusión. Tenían que interceptar a Astoria antes de que se hiciera Ginny. Draco se sintió un poco incómodo ante éso.

Al día siguiente lo harían.

Draco y Harry caminaban muy pegados uno con otro,había demasiada gente, hacia las mazmorras de Slytherin. En su cuarto, Harry se recostó boca abajo en su cama (habian decidido juntarlas) mientras Malfoy sacaba un libro de pociones. El ambiente se sentía algo pesado entre ellos; Harry ignoraba por qué. Después de varios minutos así,Harry no aguantó más y se sentó. Odiaba estar así con Draco y más odiaba que no supiera la razón.

Se sentó frente a él,el rubio lo ignoro por completo así que tomó el libro y delicadamente lo quitó. El rubio no alzó la mirada.

-Draco,amor ¿que tienes?

No podía ocultarselo y Draco lo sabía. En el tiempo que fueron amigos Harry aprendió muchas cosas de Draco, por lo cual,si mentía, él lo sabría.

Draco atajo al moreno hacia su pecho y lo rodeó fuertemente con sus brazos. Harry no se negó. El ojiplata apoyo su rostro en el hueco del cuello de su novio y lloró. Sacó todo lo que tenía guardado.

Harry se sorprendió por el abrazo y tiempo después sintió mojado el cuello ¿Por que llora? El nunca llora. Se preguntaba pero eso nunca salió de sus labios,le acarició la espalda y espero a que el rubio se tranquilizara.

-¿Quieres contarme? Bebé,me estas preocupando.

El rubio alzó la mirada,sus ojos estaban rojos e hinchados y en su cara todavía había rastro de lágrimas. Harry besó su mejilla y con el pulgar limpio las mismas. Le dedicó a su rubio una mirada llena de amor.

- Odio a Lucius ¿sabes? -Empezó, con algunos hipidos y la voz un poco ronca- Me sentí celoso cuando vi a Blaise y Weasley: ellos pueden mostrarse en público por que a los padres de Blaise no les molesta que su hijo sea gay, no tiene miedo de que alguien lo vea y le diga a su padre y creo que los Weasley son parecidos. Se pueden dar besos, abrazarse e ir tomados de la mano, pero nosotros no... Lucius me dejaría en la calle en cuanto le diga que soy gay... Me despreciaría y haría lo que fuera por que me hiciera heterosexual. No ha recapacitado.

-Creí, en serio creí, que un tiempo en Azkaban le serviría para reflexionar... -Tomó una bocanada de aire y siguió- Harry, ¿me prometes algo? Pase lo que pase, por favor, quédate conmigo.

No necesitó que se lo dijera dos veces, por supuesto que lo prometió.

Y durmieron, abrazados pegados uno con el otro, dándose caricias mutuamente aún dormidos. Su amor era muy grande e irradiaba una magia tan poderosa que quien estaba cerca de ellos, se sentía como si hubiera tomado un trago de Félix Felicis. Ése amor, que estaba a punto de poner a prueba.

&£€¥§

Estaba frío, oscuro y húmedo. Algo cubría sus ojos y otra cosa amarraba su boca. No pudo reconocer si estaba sentada o acostada. No pudo hacer nada. No podía pensar, no podía respirar, no sentía el latir de su corazón. Ni los músculos de su cuerpo. No podía hacer absolutamente nada.

-Mmm, veo que ya estás despierta - No pudo reconocer la voz- sólo para que sepas haz estado aquí ocho días y sinceramente espero que sean más. No te imaginas el placer que me da verte así de indefensa. Pero no te preocupes,no vas a sentir nada de hambre,sólo el dolor y el cansancio.

Trató de hablar. Supuso qué el secuestrador lo supo,porque quito la venda de su boca.

-¿Qui... Quién er...eres?

- Oh, yo que tu no me preocuparia tanto por ese detalle. Sólo te diré que me conoces muy bien, aunque quizá no demasiado. Ahora ,te dejaré con un compañero agradable, de ahora en adelante el será tu carcelero. Rompimos tu varita por si alguien te rastreaba, no queremos que te.vayas tan pronto ¿o si, Joe? -El otro río macabramente- Al parecer no. Te diré las reglas:

*Sólo hablas cuando te hablen. Si no haces caso, recibirás un crucio.

* No te puedes quejar, si lo haces será otro crucio.

* Veo que ya conoces a tu silla, muy bien porque en ella estarás todo el tiempo de ahora en adelante. No está fija así que si te mueves de más, te caeras. Y nadie te levantara.

* La ropa que traes puesta será lo único que tengas. No te está permitido pedir más.

*No podrás ir al aseo, así que TODAS tus necesidades quedarán en tu ropa.

*Joe carece del sentido del olfato, así que no olerá nada.

*Sólo comerás dos veces cada tres días,y no será mucho. Si yo quiero sólo te puedo dar media manzana esas dos veces.

* Tomaras un litro de agua al día. No te diré si limpia o sucia.

Ginny sollozó.

-¿Po... Porqué me haces esto?

-Por que te odio. Sólo jugaste conmigo,me buscaste sólo para tener sexo y yo te amaba. Pero ahora es tiempo de que pagues...

Inesperado [Drarry]Where stories live. Discover now