Capítulo Trigésimo Primero: Suerte.

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Había violado la regla y las consecuencias ignoraban cuáles eran.

Le costó un poco enfocar la vista. Sus párpados pesaban y estaba un poco candado. Escuchaba leves murmullos a su al rededor. Su vista cada vez estaba más clara hasta que pudo ver por fin a una persona. Estaba frente a él,arrodillado y vertiendo algunas gotas en lo que parecía ser una herida. Se veía de su edad pero probablemente era más grande que él. Tenía un rostro algo maduro. Cuando se dio cuenta que Harry lo veía sonrió abiertamente.

-¿Señor Potter? -Preguntó,su voz era más suave de lo que su apariencia demostraba-, ¿me escucha?

Harry asintió lentamente,lastimando su cuello en el proceso.

-¡Excelente! -Dijo con un poco de alegría- Es mi deber informarle que usted ha fallado la última prueba,desgraciadamente, pero por ser quien nos liberó de Quien-Usted-Sabe cabe la posibilidad de que tenga otra oportunidad. Sólo es cuestión de ver como se desarrollan las cosas. Tenga usted en cuenta la suerte que tiene pues es la primero persona en siglos que tiene una segunda oportunidad. Ahora será trasladado a una habitación en San Mungo donde le tratarán adecuadamente.

Le sonrió y Harry sólo pudo verlo con asombro. Todavía asimilando la gran noticia que le acababan de dar. Intento ver cual había sido la última prueba pero sus recuerdos estaban un poco borrosos. 

Le hicieron pararse y en un sonoro crak se aparecieron en el vestíbulo de San Mungo. Inmediatamente dos sanadoras caminaron hacia ellos con cara de preocupación pero una no pudo evitar ahogar el pequeño grito de emoción al darse cuenta que dentro del grupo de personas que acababa de aparecer el mismo Harry Potter.

Casi corriendo condujeron al ojiverde a una sala privada donde las mismas curaron las heridas y le hicieron un chequeo general.

Sintió que de pronto sus actos no le pertenecían y suavemente se dejó caer en la cama. Lo último que escuchó fue >> ¡Tenemos que informar al Profeta!<<

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Sentía algo muy familiar en los labios. Una sensación tan única y maravillosa que hacía tiempo no sentía. Su corazón volvía a latir desenfrenado y el perfume,ese exquisito perfume,volvía a inundar sus fosas nasales. Llevándolo por completo a un viaje de éxtasis puro.

Lentamente comenzaba a responder el beso. El "intruso" parecía querer separarse pero el agarre del moreno en su cuello lo hizo detenerse. Cuando sintió que no se podía separar,respondió el beso con más pasión que antes,enredando su lengua con la otra furiosamente,mordiendo fuertemente los labios del moreno hasta hacerlos sangrar. Cuando sus pulmones reclamaban oxígeno,cuando ya ardían,se separaron.

Verde y plata se fusionaron en una intensa mirada que decía todo. Cuán arrepentidos estaban por la reciente pelea y lo estúpidos que se sentían. Esa mirada transmitía todo el amor que se tenían y que a pesar de los últimos acontecimientos que los hicieron distanciarse,seguía intacto.

-Dra...Draco-murmuró Harry con los ojos empapados en lágrimas de felicidad y arrepentimiento.- ¿Qué haces aquí?

Su labio temblaba.

-Vine a verte,bebé. Vine a disculparme por todo... Soy un idiota. Me tomo algo de tiempo comprender,y no fue sin ayuda de Astoria, que tú esperabas que me enfrentará a mis padres. Que por fin les dijera que estabamos juntos. Pero por miedo a lo que pudieran decir,no lo hice-unas lagrimillas bajaban de sus párpados. Harry estaba indiscutiblemente feliz- Pero acabo de hacerlo. Padre ha visto el Profeta y ha dicho que desearía que te mejoraras pronto. Yo le he arrebatado el diario y no fui capaz de controlar mi preocupación. Mis defensas bajaron y no le fue difícil usar legeremancia para ver el porque de mi preocupación. Ha dado un grito tan sorprendentemente alto que me aturdio y no vi que su puño venía a mi rostro. Mi madre ha llegado en el momento oportuno y lo ha detenido mientras me decía que fuera a verte...

Harry vio que,en efecto,debajo del ojo derecho de Draco un cardenal que empezaba a formarse adornaba su pálida piel. Puso sus manos a los lados de la de Draco y acercó sus labios a donde estaba de color morado. Le dio varios besos,como deseando que con eso,desapareciera.

Estaban juntos,de nuevo. Y más felices que nunca.

No hacía falta nada más.

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¿Estás seguro?- preguntó con ilusión el Salvador del Mundo Mágico.

-Claro que si. Antes de salir de Hogwarts Astoria habló conmigo y me dijo del plan...

-Si,lo recuerdo pero ¿crees que todo salga bien?

-Eso espero. El trato era que los dos cancelaramos el matrimonio y toda esa pantomima con la condición de que ella tuviera un hijo que fuera mío. Hace unos días me mando las hojas de San Mungo donde dicen que esta embarazada.

-Espero que tengamos suerte.

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-Señor Potter, lamentablemente alguien lo indujo a unas pruebas a las que usted todavía no estaba cualificado. Esas pruebas son para los Aurores que quieren ser inefables. Le ofrecemos las más sinceras disculpas pero viendo que usted sobrevivió a tres de nuestras pruebas,olvidando los desafortunados eventos recientes,ya no hará falta que haga las pruebas a las que si tenía que estar. Robards lo verá dentro de dos días mientras le dan el alta y se mejora un poco emocionalmente hablando. Sólo tendrá que hacer una prueba psicólogica pero no es nada de lo que tenga que preocuparse. Lo estaremos esperando.

Tras una mirada evaluadora e inquisitiva de parte de todo el escuadrón de Aurores. Harry vio al chico que lo había curado dandole una mirada curiosa,propia de alguien que sabe algo que tu no.

Ambos,Harry y Draco, dieron un leve asentamiento de cabeza y marcharon hacia el atrio del Ministerio de Magia.

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Draco no quería volver aún a la mansión. Consideraba demasiado pronto volver luego de aquella pelea,asi que Harry viendo una excelente oportunidad para recuperar el tiempo perdido lo invito a quedarse en la Mansión Black. Se sonrojo con el simple pensamiento de lo que le quería hacer al rubio...

Inesperado [Drarry]Where stories live. Discover now