Inesperado [Drarry]

Capítulo Cuadragésimo Primero: Carta.

-¿Ginny? - Aún no podía creer que se trataba de ella, la última vez que la había visto, era un año atrás. La recordaba llena de alegría, feliz y sin preocupaciones. Nada a como estaba cuando Harry la vio. Su aspecto era lastimoso, se encontraba en los huesos y mentalmente desequilibrada.

-¿Ha... Harry? - La chica había levantado la cabeza, bastó solo ver a su amado para que una sonrisa débil se instalará en su rostro.

Su grito lleno las paredes de la habitación, se había caído de la silla que la sostenía. Joanne y Alexander veían todo con una sonrisa satisfactoria en su rostro.

Ginny empezaba a tener convulsiones, su grito volvió a inundar la habitación. Harry no comprendía nada.

-¡HARRY!

Se había desmayado.

-¡Enervate! - Joanne por ser la más cercana a ella, había usado ese hechizo.

-Al parecer ha recuperado sus recuerdos. Notificare al Jefe de inmediato. Las consecuencias parecen ser dolorosas, pero ha recuperado sus recuerdos.

-¡Malditos hijos de perra! - Harry estaba enfurecido. - ¡Les juro que la pagarán!

-¿Tú y cuántos más, Potter?

Esa voz la conocía demasiado. Y ha decir verdad la odiaba. Potter volteo la cara tanto como sus ataduras se lo permitieron y pudo ver que el hombre ya se acercaba a él.

-¡¿Tú?!

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-Hijo come algo, por favor.

No podía pasar los alimentos. Todavía no superaba la muerte de su novio, pues habían pasado dos meses de aquello. Astoria estaba por dar a luz y todo el plan que habían formado en conjunto con su fallecido novio, se había desmoronado.

Lo extrañaba, joder que lo extrañaba. Extrañaba sus ojos, sus labios, su cuerpo, sus risas, sus pláticas, incluso sus peleas por cosas absurdas.

Lucius lo había vuelto a aceptar, pero no era necesario. Draco tenía la herencia suficiente para vivir por si mismo.

Harry le había dejado la herencia de la familia Black, de los Lupin (Sin contar la parte de Teddy y Andromeda) y la de los Potter. Así mismo, le dejó todos sus bienes y la mansión de Grimmauld Place.

El rubio estaba resignado a su cariño.

Dos meses y no podía superarlo.

Pero tenia esperanza. Hermione le había dicho que no confiara en las cartas del ministerio, así mismo, le dijo que el tiempo en el mundo muggle y en el mágico, podrían cambiar con un simple hechizo.

Teddy había ido a visitar a Draco. O Andromeda lo había llevado. Tenía tres años y toda la inocencia del mundo.

Estaba envuelto en depresión. Y no fue hasta el día siguiente que la esperanza volvió a su vida.

Amor, yo estoy bien.
Ya descubrí como funciona esto.
Una vez me lo dijiste.
Doy gracias por eso.
Aún te amo.

Después de mucho tiempo?
Eso es cierto.
Aún te amo.
Nunca dejaré de hacerlo.

Me encantas.
Eres el amor de mi vida.

Te amo.
Incluso por nuestras peleas.
E (Y) tu Indiferencia.
Nunca dejaré de hacerlo.
Es una promesa.

After all this time?
Tenemos más tiempo que siempre.
Rara vez hemos peleado.
A veces por cosas tontas.
Puedo decir que me divierten.
Ahora todo es más difícil.
Diggory Kirke
Oclummancia.

Regreso.
Aunque tu no me ames.
Siempre yo lo haré.
Tenemos que hablar.
Recuerdo todo.
Es hermoso
A todos.

Larga vida a Dumbledore!
Ah, no. Que se murió.

Criaturas exasperantes.
Ahora sabes de que habló?
Raros.
También sin magia.
Ah, los odias.

No entendía nada de lo que decía y obviamente lo había tomado como una broma de mal gusto.

-Draco -La inconfundible voz de Hermione llamó a su puerta. Secó rápidamente sus lágrimas que sin darse cuenta, se habían formado. Abrió la puerta y la castaña hizo una mueca.

-¿Qué haces aquí, Mione?

-Vine a ver como estabas, por supuesto. Me preocupaba que no regresaras las cartas...

La cara del rubio de descompuso en una mueca de dolor. Le tendió la carta a su ahora amiga y espero.

-Algún imbécil me la mando, supongo que le fue divertido burlarse de mi. No entiendo nada.

Hermione analizó el contenido. Leyó y leyó, buscando posibles pistas.

-¿Diggory Kirke? ¡Pero claro! Es el autor de un libro muggle... - Hermione estaba emocionada. Al parecer no había perdido el toque - En el libro, cuatro hermanos pasan a un reino a través de un armario... ¿Y que se parece al armario? - Draco miraba a Hermione, entendiendo nada. Era su amiga, pero se volvía loca. - ¡El callejón Diagon! Draco, esto es muy sencillo. Te dije que no confiarás en las cartas que el Ministerio enviaba. Harry puede estar vivo. Lee lo último.

Draco miro nuevamente la hoja.

Criaturas exasperantes.
Ahora sabes de que habló?
Raros.
También sin magia.
Ah, los odias.

-También sin Magia... - Draco razonó - ¡Harry está en el mundo muggle!

Miro a Hermione con una radiante sonrisa. La misma, le sonrió de vuelta. Habían pasado dos meses horribles, y por fin la esperanza parecía sonreírles.

-Espera Hermione, si Harry puso esto de manera que lo descubriéramos, no pudo solo haber puesto eso. Tiene que ver algo más...

Leyeron juntos otra vez la carta.

-¡La primera letra de cada oración! Se me hacia raro que no tuviera coherencia.

-"Ayuda Dean Me Tiene Atrapado Rastrea La Carta"

-¿Será Dean Thomas? - Hermione estaba pensando en las posibilidades.

-¿Y que importa? Ya sabemos que Harry esta vivo y sabemos donde está. ¡Podemos ir por el, Mione!

La chica estaba indecisa. No podían ir simplemente a rescatar a Harry. Tenían que tener un plan e ir con más personas.

-No podemos ir solos, además tu estás muy débil. Le enviaré una lechuza a Astoria para que sepa de esto. También a Blaise... A Neville y Luna.

Draco asintió. Eran muchas emociones para un día y necesitaba asimilarlas. Estaba muy metido en una depresión y tenía que salir. Ahora sabía que Harry estaba vivo.

-Hermione, aquí dice que rastreemos la carta.

-Voy a agarrar un pergamino - la castaña se dirigió al escritorio del rubio, escribió algo y la ató a la pata de la lechuza de Draco, la cual en algún momento había vuelto de cazar.

-Entregala. Vuela bajo para poder seguirte, pequeña.

Ambos vieron como la lechuza asentía. Blaise, Luna y Neville habían llegado ya.

-Draco, te ves horrible - Fue el saludo que Blaise le dio.

Y Draco sonrió. Ahora entendía que con o sin Harry, el nunca estaría solo.