🥀 v e i n t i o c h o 🥀

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El grito efusivo de Marisol irrumpe en la quietud, una ráfaga de vitalidad que corta el silencio una vez que llegamos a casa. Su voz resuena con una mezcla de alegría y sorpresa mientras se precipita desde el porche hacia nosotros. Waldheri, en su forma de lobo majestuoso, me lleva encima de su lomo, como si fuéramos una imagen de mitología en medio de la realidad.

La comodidad de esta posición contrasta con la tensión palpable que persiste en el aire, como si el peso de lo oculto se manifestara en la forma de ese lobo. Mi parte más inocente se deleita con la experiencia, una fantasía infantil cumplida, pero las sombras de la situación despiertan un nudo en mi estómago.

La comparación de los lobos con caballos es una ironía cruel, ya que, aunque compartan la apariencia, el poder y la esencia de Waldheri encierran secretos oscuros. La dualidad entre la tranquilidad de la escena y la carga sutil de lo sobrenatural crea una atmósfera donde la realidad y la fantasía coexisten, pero no sin sus propias contradicciones.

Pero como en un sutil recordatorio de la dualidad de la existencia, la dicha de aquel viaje se ve eclipsada por la cruda realidad. La nariz, a punto de rebelarse contra su morada, arde con una intensidad que se convierte en una tortura incesante. El pelo de Waldheri, más que una caricia, desencadena una alergia despiadada, manifestándose en estornudos que se suceden a una velocidad desquiciante.

El agua, antes fresca y refrescante, ahora se convierte en un líquido mocoso que resbala sin piedad por mi nariz, irritando cada fibra de mi ser. La cabeza late con un dolor sordo, los ojos se ven empañados por lágrimas que no son solo resultado de la alergia. La garganta pica, un cosquilleo molesto que se suma al conjunto de molestias que acechan.

A la incomodidad se suman los mosquitos, pequeños intrusos que han encontrado refugio en mi piel, provocando picazón y molestia constante. En medio de esta aflicción, la falta de ropa interior se convierte en un detalle incómodo y revelador. ¿Cuántos pelos de perro se adhieren a cada recoveco de mi cuerpo, incluyendo mi zona íntima?

Así, el idílico viaje se transforma en una experiencia donde las sombras de la incomodidad y la imperfección se proyectan sobre la superficie de la aparente alegría.

—Hola tía Mari— susurro descendiendo con pesadez del imponente lomo de Waldheri
—Creo que necesitarás prepararme uno de esos tés mágicos tuyos; esta promete ser una noche horrenda— estornudo, un estremecimiento que se repite cuatro veces.

—Waldheri, sabiendo que es alérgica, ¿cómo se te ocurre traerla sobre tu lomo? Insensato e imprudente, eso es lo que eres— regaña ella con un tono que destila indignación. Esbozo una sonrisa malévola; se lo merece. ¿Acaso él comprende las palabras de tía Mari? Tal vez solo perciba gruñidos en su forma animal. ¿Debería gruñir?

Grrrr..— finalmente lo hago, emitiendo un gruñido que intenta emular a un lobo, pero el resultado no coincide con mis expectativas; una picazón desagradable atenaza mi garganta.

—¿Le dijiste te..?— la pregunta de tía Mari queda suspendida en el aire mientras Waldheri responde con un gruñido. Perfecto, replicaré gruñidos como respuesta siempre.

—Me retiraré a descansar; ha sido una noche larga e intensa, necesito recobrar fuerzas— murmuro con un dejo de agotamiento —Adiós, bestia, nos encontraremos nuevamente. En un mes sería lo ideal— agito mi mano en un gesto de despedida.

—Así es, Waldheri, regresa a tu casa; es lo más sensato— sugiere tía Mari con un tono reflexivo.

La oscuridad envuelve cada palabra, como las sombras de una noche sin estrellas, y las emociones se entrelazan en un baile sutil de melancolía y malicia.

Segundos después, el imponente lobo marrón se desvanece entre las sombras del vasto bosque. Volteo hacia mi tía Mari, cuya amabilidad y preocupación se mezclan con una leve molestia. No la culpo; he desafiado sus consejos y merezco su desaprobación. Sin embargo, ella debe aceptar que soy una adolescente errante, sin instinto de supervivencia. Consciente de las posibles consecuencias, opté por vivir al límite, desafiando constantemente el peligro.

Los Marshall #PGP2024Where stories live. Discover now