🥀 s e s e n t a | t r e s 🥀

630 97 10
                                    


El repiqueteo del timbre marca el anhelado cierre de este agotador día escolar. Recojo con premura todos mis libros, con la única meta de abandonar estos claustros y regresar a mi hogar en busca de reposo. La monotonía del aula se desvanece ante la promesa de un merecido descanso.

—Anabelle..— el reciente golpe en mi mesa hace que me sobresalte del susto.

Levanto la mirada y me encuentro con una figura femenina desconocida, que extrañamente pronuncia mi nombre.

Mis ojos la escudriñan de arriba a abajo en un intento de desentrañar algún rastro en mi memoria, pero en vano. Su presencia es simple; cabello negro y lacio que acaricia los hombros, un flequillo desprolijo y un maquillaje oscuro, rozando lo caótico. Su imagen refleja la simplicidad que podría compartir con mi reflejo si me aventurara a dormir con el maquillaje aún intacto.

—¿Nos conocemos?— inquiero. Observo más allá de ella, donde dos chicas se perfilan, y noto que una guarda su teléfono en el bolsillo de la camisa, apuntando directamente hacia mí.

¿Me están grabando? Me pregunto.

—Por fortuna no— responde, ocupando mi pupitre y despreciativamente arrojando mi mochila al suelo.

—Entonces, ¿Invades mi espacio personal y te comportas de manera desagradable, como una zorra, para ser más específico solo porque te place?— mi interrogante provoca su total indignación, manifestada en un gruñido.

Qué manía tan desagradable. Pienso.

—La única zorra aquí, eres tú— apunta con determinación.

—¿Ah, sí? ¿Y por qué dices eso?— pregunto, cruzando mis brazos.

—No solo te metes con alguien que tiene pareja, sino también con sus hermanos. Eres una zorra asquerosa— acusa. Sus palabras despiertan risas en mí, y me burlo.

—¿Envidia, acaso? Se nota que quisieras estar con ellos. Tus ojos lo delatan— me mofo —Lo que no entiendo es qué demonios tienes que ver tú en todo esto—

—Te metiste con el novio de mi hermana, puta de mierda— su dedo golpea mi hombro —Y no sabes cuánto me enfurece ver sufrir a mi hermana—

—¿Y qué esperas? ¿Un premio a la mejor hermana?

—Estás buscando que te rompa los dientes— advierte, su tono cargado de ferocidad.

—¿Qué está sucediendo aquí?— una tercera voz, la de Rodrigo, se suma al tumulto.

—Tú no te metas— advierte la chica, y aprovecho ese instante para ponerme de pie.

—La conversación es interesante, pero con gusto podemos retomarla otro día. Tengo que ponerme al día con muchas cosas y no tengo tiempo— declaro, encaminándome hacia mi mochila aún tirada en el suelo.

—Tú no irás a ningún lado— afirma, y de repente, siento cómo tira de mi cabello con tal violencia que casi pierdo el equilibrio.

Con conocimientos en defensa personal, enfrentarme no debería ser un problema; sin embargo, algo me coloca en desventaja frente a estas chicas, y es la percepción innegable de que son considerablemente más fuertes. Aun así, la idea de permitir que alguien me golpee o toque sin consecuencias es inaceptable.

Ejecuto mi mejor movimiento, ajustado perfectamente a la altura para impactar con contundencia en su nariz. La escucho quejarse, acompañada por la liberación de sangre que desciende de su nariz, mientras sus ojos adquieren un azul eléctrico que, en otras circunstancias, podría considerar hermoso. La brutalidad del momento crea un silencio cargado, dejando en claro que las represalias no serán ignoradas.

Los Marshall #PGP2024Where stories live. Discover now