Capítulo 25

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Mis ojos están puestos en los de él, su mirada tiene enojo decepción y algo de dolor que rápidamente camufla con su mirada fría la cual me dice que a escuchado lo que le dije y no le agrada.

El vino con su primo que está callado solo mirando a Laura estoy por decir que le gusta pero no ahí que apresurarmos con eso quien sabe si solo la ve como amiga.

— En qué podemos ayudarlos - Pregunta mi amiga sacándonos del silencio.

— Hablar con su jefe - Habla miran mientras que Caled y yo nos retamos con la mirada.

— Voy avisarle.. Ya regreso - Dice mi amiga comenzando a caminar.

— Chao Laura - Le digo una ves está desapareció del camino. Ella me responde con un adiós.

— Con su permiso - Les digo a ellos mientras me encamino a la salida.

Gracias a Dios Caled no me sigue diciendo que no valla para ninguna parte. Aún no entiendo porqué me miraba con decepción y enojo.

Saco esos pensamientos de mi cabeza mientras le escribo a Emanuel que pase por mi a las nueve esta noche si seré una perra y nadie lo podrá evitar.

Ya me encuentro lista para ir a la fiesta. Me puse un vestido rojo corto que baja un poquito más de mis galgas, opté por mis bragas también rojas un maquillaje no tanto exagerado más natural, los labios rojos con tacones negros y un bolso de manos. Dejé mi cabello suelto para que cubra algo del escote de mi espalda.

Pasan unos minutos más cuando escucho el toque en la puerta. Arreglo mi vestido y me dispongo abrirla.

Emanuel tiene unos vaqueros negros con una camisa blanca y zapatos deportivos la verdad se ve sexy. El al igual que yo nos damos un buen repaso.

— Estás hermosa lía - Dice rompiendo el silencio con una sonrisa.

— Gracias.. tú tampoco estás nada mal - Digo saliendo del departamento.

Estamos en su auto en un cómodo silencio cada quien en sus pensamientos, Elliot ya está allá con su novia y Giorgio.

Llegamos a el club y había una masa de gente. Tenía un segundo piso como la sonda VIP, a lo lejos mire a mis compañeros en una mesa.

Nos acercamos a ellos y los saludamos ellos se veían muy relajados y disfrutando del lugar. Siento como mi celular vibra y rápidamente lo toma para ver de quien se trata.

Es un número desconocido no sé si contestarle o no, dedico ir por la primera opción y poniéndome un dedo en el oído para que me pueda escuchar.

— ¿Si? - Ahí unos minutos de silencio en los que pienso colgar pero me detengo al escuchar.

— Donde carajos estás - Me quedo en shock un microsegundo. Cómo es que tiene mi número.

— Ca. Caled - Digo aún sin creer que sea el.

— Si soy yo.. donde estás - Pregunta desesperado ya que escucha la música.

— Eso no te importa.. déjame disfrutar - Le digo neutra.

— Lía..

No lo dejo terminar pues le tiro el celular no queriendo escuchar lo que me valla a decir. Voy a la barra y pido un vodka me lo tomo de un solo trago.

Los minutos pasan al igual que las llamadas de Caled que ignoro por completo, no apagó el celular ya que puede que pase alguna emergencia.

Sigo tomando como loca y siento que los tragos ya quieren hacer efectos me levanto y voy hacia Emanuel para sacarlo a bailar ya que todos lo hacen menos nosotros.

— Ven Emanuel.. Vamos a bailar - El no se hace esperar cuando nos lleva a la pista de baile.

Nos comenzamos a mover a el ritmo de la música, pasa un buen rato mientras bailamos, siento que mi celular vibra de nuevo y esta ves si decido contestar.

— Que quieres - Digo un en grito mientras me siento en la barra.

Que donde estás - Trata de que su vos no suene enojada para que yo le pueda decir.

— Ya te dije que no te im.por.ta - Trató de deletrear las palabras para que entienda.

Se queda en silencio cinco segundos antes de volver a decir. — Te lo pido lía. Dime donde estás, no me hagas perder la cabeza - Respiro hondo por lo que acaba de decirme.

— Amigo me puedes decir el nombre del lugar - Le pregunto a el muchacho ya que no se ni en donde estoy parada.

Kot Shrodingera. 575 - Asiento mientras se la digo a Caled.

— Gracias cariño. Me puedes dar otro vodka - Le digo así solo para hacer enojar a Caled y si que lo logro.

— Que estas asiendo lía. Ya voy para allá quédate quieta - Dice mientras corta la llamada.

Me tomo el vodka de un solo trago y vuelvo a la pista de baile, muevo mis caderas al ritmo de la música mientras bailo con todo mundo.

Mi mejor amigo solo me mira y sonríe. Me da risa que su novia no lo deje bailar rara es la ves que salen. Por otro lado Giorgio y Emanuel si gozan como yo.

Suena de fondo una música suave y veo cómo Emanuel me pega a su pecho invitándome a bailar, le sigo el ritmo mientras tengo mis manos en mi cuello y las de él en mi cintura.

Miro que el chico de la barra me está mirando pero decido ignorarlo mientras me dejo llevar por los brazos de Emanuel. Poco a poco se vuelve un baile sensual y él va bajando sus manos a mi trasero.

Estamos demasiado cerca, siento su respiración en mi cara mientras se envuelve con la mía. No despegó mi vista de sus ojos y nos vamos acercando poco a poco.

Siento que su entrepiernas comienza a crecer y mi piel se eriza haciendo que mis pesones se endurezcan. Ya tengo la respiración más que entrecortada por nuestra cercanía.

Estamos a un solo paso de besarnos pero es que no siento nada al tenerlo así solo mi cuerpo me traiciona, donde está la mirada azul donde está el escalofrío y la corriente eléctrica.

Eso es lo único que me falta para poder besarlo, me armo de valor rosando mi nariz con la suya antes de intentar poner mis labios sobre los suyos.

Pero algo lo despega de mi de un solo tirón arrojándolo al suelo dándole unos puñetazos en la cara.

Posesivo Where stories live. Discover now