Capítulo 54

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Sigo riendo y tomando con mis amigos mientras los minutos pasan. Después de un momento decido volver a bailar, muevo mi cuerpo con sensualidad.

— Tu si que sabes moverte bien - Me dice un chico colocándose en mi espalda tomándome de la cintura y llevándome a su movimiento.

Yo solo sonrió y le sigo la corriente, después siento como coloca sus manos en mi trasero y los aprieta.

— Qué haces.. Suéltame - balbuceó esas palabras pero él no para.

— No me digas que no tienes ganas - Me dice en el oído y siento las ganas de vomitarlo llegar al escuchar su vos.

— Pues no y suéltame - Antes de que pueda yo alejarme siento como es despegado de mí bruscamente.

Volteo a ver qué pasó y me tapo la boca para no gritar al ver cómo Caled le da unos puñetazos en la cara a él chico.

Cómo es que no me di cuenta que había llegado. Nadie los nota ya que la pista todavía está llena y la gente algo ebria.

— Caled para ya - Le digo tomándolo de los hombros y tratando de levantarlo.

El no me escucha y asta que no le da otros puñetazos no lo deja, cuando se levanta y sus ojos se encuentran con los míos por la poca luz del lugar puedo ver que está muy cabreado.

Sin decir nada me toma de las piernas y me monta en su hombro como un bulto de papas, siento como una punzada de dolor aparece en mi estómago.

La ignoro y solo me dejo llevar por él no quiero más problemas de los que tengo. Se acerca a la mesa de mis amigos y toma mis cosas yo los miro y les sonrió diciendo con señas en mi labio "perdón, nos vemos".

Giorgio y su novio sonríen mientras que Laura y su novio me miran con desconcierto.

Cuando llegamos a la calle siento la brisa fresca golpear mi cara ya falta poco para que estemos en invierno.

El me pone en el asiento del copiloto luego me pone el Cinturón de seguridad sin ni siquiera mirarme.

Rodea el auto y se monta en el asiento del piloto y arranca después de ponerse el cinturón también.

Estamos en un silencio tenso en el cual no se como salir, ya llevamos más de diez minutos en la carretera y solo se oyen nuestras respiraciones.

— A.. Amor yo - Tartamudeó pero el me para.

— Vuélveme a tirarme el teléfono y ahí si que la tenemos - Me dice con vos duro y mucho más ronca por el enojo.

— Lo siento amor - Trató de mediar pero no sede.

— Lo siento ni una mierda lía.. si no hubiera llegado a tiempo ese idiota que no abría hecho - Me grita y eso hace que me sienta un poco mal. No se porque pero me an entrado unas ganas de llorar.

Él al ver mi silencio prosigue tratado de modelar la vos — Si querías salir a divertirte porque no me lo dijiste.. yo hubiera venido con tigo, pero no decidiste decírmelo cuando ya estabas en ese maldito lugar.

— Tu estabas ocupado - Digo en un susurro.

— Sabes muy bien que para ti no estoy ocupado - Y ahí es cuando se me escapa una lágrima que rápido limpio. Pero que me está pasando estoy muy sentimental.

— Yo - las palabras no salen de mi garganta.

— No tienes excusas lía.. Yo para ti siempre estoy disponible - Y es la verdad no se que me pasa porque siempre hago las cosas mal.

— Amor perdóname por favor - Suplico y lo escucho suspirar.

— Lía no lo vuelvas hacer por favor.. No sabes lo preocupado que me tenías y si te pasaba algo - No respondo.

— No sé si seguir enojado con tigo o follarte asta que te tiemblen las piernas - Bueno la segunda opción está muy tentadora.

— Cuando lleguemos a casa recibirás tu castigo - Bueno puede que no sea tan malo.

Después de unos veinticinco minutos llegamos a casa él se baja sin tan siquiera mirarme, aún está enojado. También me bajo agarrando mis cosas y siguiéndolo.

La casa está silenciosa creo que Carmen está dormida ya. Subo igual que el a la habitación, apenas entro seguido de él, me ordena.

— A la cama - Sin inmútame hago lo que me dice.

Me acuesto en la cama dejando mis cosas en la mesita de noche y lo miro — Quítate el vestido - Vuelve a mandar y también lo hago quedándome en bragas e ignorado su tono de vos.

— A hora la ropa interior - También lo hago y me siento en el borde de la cama.

— Recuéstate.. Recoge las piernas y ábrelas - Hago otra ves lo que me pide.

— Más.. Más.. Otro poco más - Las abro asta donde puedo mientras él me mira desde los pieceros de la cama.

Se acerca sin separar su mirada de mi centro, se sube a la cama y se quita la camisa mientras agacha poco a poco su cabeza para llegar a ese punto que quiero.

Mi respiración se acelera cuando sus dedos separan mis labios vaginales y pasa su lengua por ellos. La sensación que me da su toque hace que por inercia trate de serrar las piernas pero él no me deja dándome un azote en el muslo izquierdo en la parte superior.

— Si las vuelves a tratar de serrar te seguiré azotando - Me dice con vos ronca abriéndolas de nuevo.

— Ah - Gimo cuando su lengua me penetra y me hace arquear la espalda.

— Caled por favor - Ruego porque estoy a nada de correrme y él se aleja.

— No te vallas a correr - Me dice penetrandome con unos de sus dedos y yo jadeo.. como es que me pide eso para, para él es muy fácil no correrse.

— Caled - Gimo fuerte ya perdiendo todo el control cuando siento dos de sus dedos. Estoy tan majada que siento como mis fluidos resbalan entre mis piernas.

— No te corras - Me vuelve a ordenar parando sus movimientos haciendo que mi órganos no explote. Estoy frustrada cuando es que me va a dejar correr.

— Ah - Grito cuando su palma golpea mi punto débil haciéndome chillar de dolor para ser remplazado por sus dedos entrando en mi.

— Que no las sierres - Me vuelve a decir dándome otro azote. Estoy perdida en placer y necesito correrme.

— Te lo suplico Caled - Digo entre jadeos y la respiración agitada porque no me deja correr.

Posesivo Where stories live. Discover now