Capítulo 40

2.2K 94 0
                                    


— Y si venimos mañana - Le digo a Caled porque hoy me va a presentar con su padre y estoy muy nerviosa.

— Amor cálmate... Respira, estas imperventilando - Hago lo que me dice respiro una y otra ves. Si soy una exagerada.

El no me dio tiempo para reflexionar, de la nada me dijo hoy que tengo una cena en su casa y que me va a presentar a su padre.

Y lo peor es que fue cuando estábamos saliendo del trabajo así que aquí me tiene a unos cuantos minutos para llegar a su casa.

Estoy con la misma ropa de trabajo me veo horrible, para él disque estoy bien así.

— Caled ya vamos a llegar - El está muy relajado y mientras yo estoy que me desmayo.

— Si amor. Estamos a cinco minutos - Ciento que voy a morir.

No entiendo cómo está tan fresco como una lechuga. No les a pasado que cuando están en aprieto sienten que se le revuelve el estómago y vienen las ganas de vomitar.

Así estoy en estos momentos. Siento como Caled coge mi mano y la pone en su regazo, eso me relaja un poco pero presiento que ya llegamos.

Unas cuantas calles más y llegamos a una casa de dos pisos muy boneta. Se habré las rejas y entramos, el estaciona y sale del carro y yo me quedo allí.

— Vamos amor ya llegamos - Dice Caled a el lado de mi ventana cuando ve que no me eh ni movido.

— Ya voy - Salgo del carro y el me da la mano.

Al entrar nos encontramos con una señora de unos cincuenta años que parece ser la ama de casa.

— Mi niño ya llego - Dice ella besando sus mejillas y dándole un abrazo que él parece disfrutar mucho.

— Hola nana - Dice Caled. Así que es su nana.

— Mira te presento a mi novia - Dice el — Lía mi nana Carmen y Carmen mi novia lía - Le extiendo la mano a la señora que me sorprende al abrazarme y besar mis dos mejillas.

— Mira que hermosa eres. Por fin sentaste cabeza hijo - Le doy una sonrisa tímida.

— Vallan a el comedor yo voy a llamar a tu padre - Caled asiente y me lleva por un pasillo.

La verdad esta casa es muy bonita está pintada de azul y blanco. Nos sentamos con Caled a esperar a su padre.

Al poco tiempo entra un señor de unos cuarenta y más años no se, se ve joven es muy aparecido a Caled y a miran él en cambio de Caled tiene los ojos verdes.

A hora entiendo cuando Caled está demasiado enojado le cambian los ojos a un color verde azul. Esmeralda.

Nos levantamos de la mesa con Caled y mis nervios aumentan cuando me mira.

— Papá te presento a mi novia lía - El se acerca y le extiendo la mano — Un gusto señor - El al igual que Carmen creo que se llama la nana me abraza y besa mis mejillas.

— Al fin te dignas en presentármela menudo crío - Dice el señor — Lía nada de señor me haces sentir viejo. Dime Andrey.

Asiendo y nos volvemos a sentar en la mesa ya no estoy tan nerviosa me siento muy cómoda.

— Déjame decirte lía. Que mi querido hijo a sufrido mucho por ti - Me dice el padre de Caled y no sé qué pensar.

— Papá - Reprende Caled a su padre.

— Es la verdad. En unos meses atrás llegaba tomado y me tocaba lidiar con su borrachera - Hace una cara de asco que me saca una risa — Y siempre decía tu nombre estuve a nada de ir hablar con tigo pero él me explicó que no sabía cómo decirte sus sentimientos y que se frustraba por que salías con unos compañeros tuyo.

Me quedo mirándolo y no puedo creer esto que me está diciendo, así que Caled desde un principio se sentía traído por mi y no sabía cómo decírmelo.

— Papá me estar avergonzando - Le dice Caled a su padre.

— Deberías agradecerme por empujarte a que le hablaras de lo que sentías por ella. Mírate ya no eres tan amargado como antes - En ese momento entra la nana y nos comienza a servir cuando me sirve le agradezco y la verdad no se que es lo que me sirvió.

— Buen provecho - Dice el padre de Caled.

La verdad esto sabe muy rico aún no sabiendo que es. Terminamos de comer y nos encontramos en la sala de estar tomando un café.

— Cuéntame Lía qué haces - Me pregunta Andrey.

— Bueno. Yo trabajo en unas de sus empresas vivo en un departamento y mis padres viven fuera de Moscú - El asiente.

— No te eh visto en alguna de mis empresas y este aquí no me había dicho - Le dice insinuante a su hijo.

— Para que le cuentes todo como a hora - Responde Caled.

— Hijo tú sabes que te amo.. Fue muy gracioso ver la cara de lía cuando le conté eso. A demás es verdad y no quiero que me le dañen el corazón a mi hijo - Eso último lo dice con nostalgia y es ahí que me doy de cuenta que no está su madre.

— Señor. Digo Andrey disculpe la pregunta y su esposa - Todos dos se quedan en silencio y creo que la embarre. Porque siempre pregunto lo indebido.

— No tengo esposa solo vivo con mi hijo - Se me está poniendo la roja.

— Yo.. lo lamento no debí preguntar - El le resta importancia con un movimiento de su mano.

— Oh. No querida no pasa nada - Asiento con la cabeza.

— Caled enséñale la casa a mi nuera.. porque espero que muy pronto esté viviendo aquí y ajustándote las riendas - No lo puedo aguantar y me rio.

— Papá.. no te has cansado de hablar de mi - Protesta Caled.

— No querido hijo.. ademas ya sabes que mañana me voy y no se cuando vuelva.

— Voy a estar bien y además estaré con nana y lía - Asegura Caled.

— Lo sé hijo.. pero me gustaría que mi nuera viviera aquí - El me mira y no se que decir o hacer.

— Papá la estás presionando - Se queja Caled.

— Claro que no.. verdad nuera - niego con la cabeza.

— Lo ves - dice mi suegro.

Posesivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora