Capítulo 33

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Estoy en la recepción esperando a mi jefe como me lo dijo aún no dejo de pensar en Caled lo eh llamado más de tres beses y en todas cuelga o simplemente no contesta.

A la salida del ascensor veo que viene mi jefe con su típico traje azul y una sonrisa, como si hubiera algo agradable para sonreír.

— Lista señorita lambordi - Asiento mientras nos encaminamos a la salida.

Cuando llegamos a el lugar no me siento tan emociona como cuando eh venido con Caled, nos sentamos en una mesa de dos algo alejada.

Miramos los menús y la verdad no tengo apetito solo quiero pensar en el y cómo estará, voy a llevarle el almuerzo porque estoy segura de que no almorzará.

Se pone tan insoportable cuando se enoja o se lo propone, que voy hacer contigo Caled como te hago entender que solo te quiero a ti.

— Señorita lambordi - Escucho la voz de mi jefe sacándome de mis pensamientos.

— mmmm - Digo mirándolo.

— Me escucho - Me muerdo la parte interna de mi mejilla y me sonrojo de la pena.

— Lamento decirle que no - El solo asiente.

— Le preguntaba que si ya escogió su menú - Asiento mientras le digo.

— La verdad no tengo mucho apetito y solo pediré una ensalada - El asiente llamando a el mesero por nuestras orden.

— Le pasa algo - Me pregunta y niego rápidamente no quiero que sospeche nada.

— Oh.. no jefe solo pensaba en mis padres - El parece creer lo que le digo ya que asiente.

— Sobre la junta de mañana no es nada relevante - Asiento escuchándolo — Solo este a mi lado y me pasa los papeles que le pida no tiene que hablar si no es necesario.

— Está bien jefe - El me mira unos segundos antes de decir.

— Dime miran, lía. Deja tanta formalidad - Cuando le iba a responder llega el mesero con la comida y nuestras bebidas.

— Disculpa me puedes empacar un almuerzo de ensalada con carne de res agua y jugo de naranja - Le digo a el mesero cuando está a punto de irse y él asiente.

— Para quien es ese almuerzo - Me pregunta miran con el ceño fruncido.

— Para el señor Caled.. me pidió el favor porque está algo ocupado y como yo venía almorzar pues le hago el favor - El me mira asintiendo mientras come.

Siento que no le gusto lo que dije pero no estoy para eso a hora estoy es pensando en mi gruñón favorito.

El almuerzo fue algo agradable estuvimos hablando de el trabajo y a qué hora nos reuniremos. Estoy en el ascensor para ir a la oficina de Caled ojalá no me encuentre a la chica de hace rato.

Gracias a Dios no me la encontré en ninguna parte, estoy en la puerta de su oficina y tomó una gran respiración para poder entrar, no toco entrando de golpe.

Él está con la espalda hacia la puerta viendo por la venta, sierro la puerta con seguro antes de caminar hacia él yo creo que sabe que soy yo porque aún no se voltea y solo dice.

— Ahora no Lía - Me duele que se ponga en ese plan con migo tan distante y frío.

— Necesitamos hablar Caled - Le digo dejando el almuerzo sobre su escritorio.

— Estoy ocupado - Se limita a decir aún dándome la espalda.

— Yo no te voy ocupado - El se volteo y me atrapa con sus hermosos ojos azules que a hora están raros como verde o esmeralda.

Él camina y pasa por mi lado sin decir nada solo me mira y me siento intimidada pues él es mucho más grande que yo y mirándome con frialdad es suficiente.

— Ya lo estoy - Me dice cuando se sienta en su silla tomando unos papeles.

— Caled no hagas esto por favor - El solo me ignora viendo sus papeles.

— Entiende que es mi jefe y necesitaba hablar con migo - Trató de explicarle pero está más cerrado que un candado.

— No pudo haberlo hecho en hora de trabajo - Trató de no poner los ojos en blanco por lo terco que está.

— Tratare que no se vuelva a repetir pero entiende que es mi jefe - El me mira unos segundos.

— Espero que sea la primera y última ves - Sentencia con vos dura.

— Trataré amor - El levanta una ceja.

— Ningún trataras - Asiento porque la verdad no quiero seguir peleando.

— Ya no estás enojado con migo - Le pregunto inocente y él respira profundo.

— Debería de darte un castigo por a ver aceptado almorzar con el - Me imagino cual sería su castigo.

— Eso puede esperar ahora el almuerzo.. te traje ensalada con carne - Le señaló la bolsa sobre su escritorio.

— Ven aquí - En esa dos palabras una orden.

Hago lo que me dice rápidamente porque no quiero que siga mal humorado, cuando estoy a su lado me toma de la cintura y me pone en su regazo.

— Que haces Caled - Pregunta frunciendo el ceño.

— Te daré tu castigo - Siento como baja mi pantalón junto a mis bragas, los deja por mi muslo dejando mis nalgas al descubierto.

— Te voy a dar seis azotes y si te mueves mucho o te levantas los repetiré asta que te quedes quieta - Trago fuerte poniéndome roja.

Sin verlo venir siento un azote en mi nalga derecha, y cómo pica joder, siento como me toca el clitoris haciéndome jadear con dos dedos otro azote pero en la izquierda que me hace gritar pies en ese momento vuelve a tocar mi clitoris y siento como se está formando mi orgasmo.

— Si te correr antes de que termine lo volveré hacer - Me dice una ves que siente que estoy por venirme otro azote que me coje descuidada. Así pasan los otros tres azotes tocándome el clitoris y haciéndome venir viendo estrellas en placer con dolor.

Me limpio un poco con una toalla que me da mientras él come su ensalada se ve sexy asta comiendo, siento que me pica las nalgas las debo de tener demasiado rojas.

Cuando intento sentarme frente de él gimo de dolor y el levanta la mirada con una ceja arqueada y una sonrisa arrogante.

— Así ríete presumido - El se ríe a un más y que sonrisa tan linda me hubiera encantado si fuera en otros momento.

— ¡Que! no te puedes sentar amor - Habla como niño inocente que no parte un plato.

— Eso búrlate - Le digo con sarcasmos y el vuelve a comer.

Posesivo Where stories live. Discover now