Yo no soy tu príncipe [yuri/lesbico]

Capítulo 9: El plan comienza

Alexis

Aquella era una celda húmeda y siniestra. Hace ya unas cuantas horas de haber hecho el trato con Gabriel, el, le había prometido que al día siguiente traería algunas cosas. Tal vez sería algo difícil engañar al Rey de que ella era un hombre.

Ella suspiro.

Un ave blanca
Un ave oscura
En aquel bosque de la amargura
El ave blanca y el ave oscura
Se unen en su locura
Oh pobre ave blanca
Que dios se apiade de tu alma
Te has enamorado de la oscuridad
Y ella no tendrá piedad
Mírate ahora
Ingenua ave blanca
Pues el ave oscura
Te ha arrancado tus alas
Un ave blanca
Un ave oscura
En el bosque de la amargura
Donde el amor termina
Y la muerte perdura

Cantaba Alexis en la oscuridad de su celda. Esa canción la había encontrado años atrás en unos escritos de su padre, estos se encontraban en un pequeño baúl. Realmente nunca lo conocia mucho y el desgraciado nunca se preocupó por saber que había sido de su hija despues de todos los años que pasaron despues de su ultimo encuentro.

Ese no era el final de la canción, pues la hoja en la que había encontrado la canción estaba arrancada justo a la mitad.

Si se ponia a divagar en sus raices por lo que sabía ella era hija de una prostituta de un pueblo lejano, era una mujer hermosa de hechizantes ojos grises, cabello negro como las alas de un cuervo y un cuerpo de diosa. La perfección de la mujer en persona, diriam varios. Pero su actitud era realmente todo lo contratio a su belleza. Alexis incluso solia llamarla “ La manzana podrida”.  Y claro eso implicaba que nunca mientras estuvo en  estancia con ella recibió algun cuidado o sentimiento que una madre le pudiese dar a una hija.

Lo único cercano a una muestra de amor en su vida habían sido una pareja de campesinos, ella no era parte de su familia pero la trataban como tal, así fue como conoció a Marcus pues él era su nieto.

Alexis sonreia nostálgicamente al recordarlo. Pero la sonrisa se le borro casi en menos de un segundo al recordar… como el Rey mando a quemar aquella humilde aldea, la peste empezaba a propagarse a tal punto que casi todos estaban enfermos, no recian ayuda y el reino prefirio erradicar el problema antes de que se agravara.

Un acto tan cruel del dejar que la gente ardiera en llamas junto a sus hogares y familias.

Solo consiguio salir de ahi con Marcus.

-¡Alexis!- Exclamo Gabriel por afuera de la celda haciendo que Alexis se sobresaltara de golpe.

-¡Carajo! ¡No me asustes así imbécil!- El pelirrojo solo rio. El traía consigo un montón de prendas. Todas para hombre.

-Te tardaste mucho.- Soltó fríamente Alexis.

-Tuve algunos inconvenientes cuando venía.- Gabriel se rasco ligeramente la parte trasera de la cabeza. Alexis miro la ropa que Gabriel traía consigo.

-Oye lamento hacer que trajeras todo esto, pero la ropa que traigo puesta ahora es de hombre y ¿no crees que seria extraño q haya cambiado de ropa tan repentinamente?.- Gabriel se petrifico por un momento.

- ¡¿Entonces traer todo esto fue en vano?!- Exclamo enojado.

-Nunca te pedi que lo trajeras.- Gabriel le sostuvo la mirada pero luego comenzó a reír a carcajadas.

-Bueno, bueno pero dime que vamos a hacer con tus dos problemas.- Gabriel miro directamente al pecho  de Alexis. Antes de que Gabriel se diera cuenta Alexis ya había soltado una fuerte bofetada en su rostro.

-¡Deja de mirar ahi y mirame a los ojos!

-¡No soy un pervertido! Pero haber dime que diablos vamos a hacer.- Reclamo Gabriel.

-¿Tienes  gazas o algún trapo largo?- Gabriel rebusco entre sus cosas y de ahí saco un largo trapo que parecía haber sido arrancado de una cortina.

-¿ Esto te sirve?- Alexis asintió.

-Bien ahora date la vuelta.

-¿Acaso piensas estrangularme mientras no miro?

-¡Claro que no! ¡Solo voltéate!- Gabriel se dio vuelta y cerró los ojos, detrás se escuchaban las maldiciones que lanzaba la chica mientras se amarraba con fuerza aquel trapo sobre sus senos.

-¡Listo!- Exclamo agotada.

-Buen trabajo- La felicito Gabriel.

- Bueno ahora a cortar tú cabello.

-¡Estás loco! ¡Nunca! Si me lo corto realmente pareceré un hombre.

-¿Que no esa es la intención?- Gabriel levanto una ceja.

- ¡Pues no lo hare!- Gabriel suspiro agobiado.

-Bien, bien ven acá yo lo arreglare por ti.