Capítulo 32: ¿Quién eres?

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Lucy
Kreyn había continuado su camino sin descanso alguno incluso ya habían salido del bosque de la amargura y el seguía avanzando ¿A dónde se dirigía? Se preguntaba. La noche tomaba un color cada vez más oscuro apenas y podía disipar a Kreyn entre la inmensa oscuridad. Le era sorprendente como en todo ese tiempo él no la hubiese notado comenzaba a suponer que por fin sus habilidades estaban dando frutos gracias al entrenamiento de Robín y Marcus. Marcus no era un ladrón como Robín, él era un asesino  pero solo mataba cuando  la situación lo ameritaba, para ser un asesino no tenía ni pinta de ello, era un joven amable, sentimental y dedicado a los demás. Atesoraba la vida, odiaba ver a la gente sufrir y siempre daba la cara por quien lo necesitase. Nunca lo había visto asesinar a nadie ni siquiera ser cruel. A veces se preguntaba si en realidad simplemente mentía para impresionar a Loki y a Saphire. Esos dos eran unos completos ingenuos, Loki estaba por cumplir apenas 12 años y ya sabía cómo manejar las complicaciones en diversas situaciones, pero en el fondo seguía siendo solo un niño y bueno Saphire… Él era su guardián,  un cisne de luz y principal razón por la cual en tan solo dos inviernos había alcanzado la madurez, pero eso no cambiaba el hecho de que seguía teniendo la inteligencia de un niño pequeñ . Se suponía que los guardianes son animales pero Saphire odiaba transformase en cisne, debido a que se sentía muy afeminado de esa manera.
  A menudo Kreyn le daba lecciones y le enseñaba las cosas importantes en la vida. Eso sería genial a no ser por qué Saphire a penas le presta atención a lo que dice comúnmente solo lo observa con una cara de estúpido enamorado.  A su mente llego el recuerdo de la forma en la que se miraban Kreyn y Saphire. Sus miradas demostraban amor mutuo a pesar de que Kreyn siempre lo negaba. En cierta parte al observarlos algo en su pecho se rompía.  Sentía como si alguna vez ella hubiese estado en la misma situación con otra persona… pero no podía recordar ni su nombre y mucho menos su rostro.
-De nuevo estoy comenzando a pensar cosas raras.- Se susurró a sí misma en la oscuridad. Kreyn se acercaba a una aldea y de esta resplandecían varias antorchas, a pesar de estar lejos podía escuchar la música alegre que sonaba. ¿Kreyn iba a asistir a una fiesta? Esto la desconcertó un poco, Kreyn era de las personas más calladas y frías además de que disfrutaba mucho de su soledad y ahora estaba por ir a una fiesta. Lucy se encogió de hombros, bueno por lo menos pasaría tomarse un trago, pocas veces lo hacía pero por influencia de Robín y Marcus le había tomado gusto a la bebida. Las antorchas resplandecían ante sus ojos y ahora podía ver a Kreyn a la perfección. También se pudo percatar que a las afueras del pueblo había una gran cantidad de caballos del ejercito todos estos llevaban una tela con un símbolo de un halcón y un cuervo levantado las alas y el halcón mostrando sus garras. Atraida por el singular símbolo se alejó de su objetivo y se acercó a uno de los caballos, delicadamente paso sus dedos rozando la gruesa tela del estandarte.
-La era del cuervo y el halcón ha comenzado.- Dijo sin siquiera pensarlo.
FlashBack
- ¡Todos nosotros somos pecadores! ¡Pero deseamos la libertar!- Se libró del agarre de un hombre de cabello rubio y una gran cicatriz que le partía el rostro y desvaino su espada levantándola en alto. ¡La era del cuervo y el halcón ha comenzado! ¡Los liberaremos de la corrupción del rey!-El hombre  sonrió y también desvaino su espada al aire.
-¡La guerra contra el rey comienza ahora!
Fin del FashBack
Su cabeza le dolió intensamente y con sus manos la sujeto con fuerza intentado apaciguar el insoportable dolor, cayó al suelo intentando recuperar el aliento, eso había sido como recibir un fuerte golpe en la cabeza, el dolor se desvanecía como si nunca hubiese estado ahí, Lucy carraspeo, estaba empapada en sudor.
-¿Qué fue eso?- Se tiro de espaldas al suelo mirando las estrellas. Eso había sido muy extremo.
-Oye tú, no está permitido acercarse a los caballos.- Lucy se levantó de golpe para encontrarse con un joven de ojos amarillentos y mirada gatuna.
-Princesa.- Susurro para sí mismo mientras la contemplaba asombrado. Lucy miro a su alrededor buscando a quien se refería pero no había nadie más que ellos dos.
-Disculpa ¿Quién eres tú?- Pregunto insegura.-El chico frunció el ceño.
-¿Eh? ¿Qué acaso no me recuerdas?-Lucy negó con la cabeza, en su vida jamás había visto a ese joven. Este se cruzó de brazos y cerró los ojos.- Veamos esto te recuerda a alguien.-No puedo dejar que Lucy se case con alguien más, ella es solo mía, es mi luz en la oscuridad, la amo mucho, bla,bla, bla.- Soltó una carcajada ante la imitación que acababa de hacer. Lucy inclino la cabeza confundida. Al parecer se había tocado con algún loco así que decidió ignorarlo e irse en busca de Kreyn. El chico paro de reír al ver como ella se alejaba.- Oye que enserio no recuerdas a Alexis.- Lucy se paró en seco.
-¿Alexis?- Pregunto. El muchacho asintió.
-¿Tu amor eterno? ¿No te suena?- Cada palabra que decía le comenzaba a asustar así que dio media vuelta y comenzó a correr para escapar de aquel chico, a lo lejos lo escucho gritar.
-¡Me llamo Alan! ¡Princesa olvidadiza!
Lucy continuo corriendo, sin duda la debían haber confundido con alguien más. Pero porque sentía como si ya lo hubiese visto antes. El chico tenía unos ojos muy sorprendentes, el color amarillo en los ojos ya estaba casi extinto gracias a la inquisición, pues esta declaraba que las personas con ojos de ese tono o incluso rojo eran enviados del demonio. Por un momento se arrepintió de haber huido, esos peculiares ojos le hubiera encantado añadirlos a su colección. Al mirar atrás y ver que Alan ya no la seguía se detuvo y se llevó las manos al cabello.
-Es una lástima.- Dijo mientras veía el alrededor, no disipaba a Kreyn por ninguna parte, solo soldados bebiendo, bailando y coqueteando con mujeres. Lucy recorrió cada rincón del pequeño pueblo pero ya no volvió a toparse con Kreyn. Agotada se decidió por ir  por un trago antes de regresar al bosque. Entro en la cabaña por la de donde se escuchaba más animada la fiesta. Siempre en esos lugares todo es gratis y es fácil pasar desapercibido. Con disimulo entro en el lugar, había mucha comida y bebida además de música y baile. Si el ejército estaba allí sin duda ahí se encontraban los líderes. No paso mucho tiempo para que varios hombres se acercaran a ella invitándola a beber con ellos y sin dudarlo acepto.  El hombre a su lado le paso un gran tarro de cerveza y puso su brazo sobre su hombro apegándola a él, eso no le importó ya que cuidadosamente paso su mano en busca de algo de valor en los bolsillos del soldado, pudo sentir una bolsa que colgaba de su cinturón y robándole un beso al hombre se la arrebato sin siquiera que este se diese cuenta.
-Gracias por la bebida.- Le guiño un ojo antes de alejarse del soldado completamente sonrojado. Con una sonrisa maliciosa miro la bolsa en sus manos esta contenía una gran cantidad de monedas de oro.- Como siempre doy en el blanco.- Sonrió ampliamente y vacío el contenido de la bolsa en uno de los bolsillos de su cómoda chaqueta de piel de zorro.  Los hombres siempre caían ante sus encantos, podría sacar provecho de la situación en la que estaba, había varios líderes de guerra y no dudaba de que todas sus pertenencias fuesen valiosas. Continuo haciendo  lo mismo con los demás hombres que se le acercaban, Robín estaría orgullosa de ella al día, pensaba con una sonrisa ladina. Pero pronto se le acabaría el espacio de sus bolsillos. Lucy se sentía bien consigo misma ante el gran botín que había conseguido gracias a la ingenuidad de los hombres.-La ultima y nos vamos.-Se dijo para sí misma. Le había estado echando el ojo a un encapuchado rodeado de mujeres,  en todo ese tiempo no le había visto el rostro pero podría jurar que tenía casi la misma edad que ella, 20 años. Soltó su larga y rubia cabellera dejándola caer en una forma de cascada sobre su espalda y con una amplia sonrisa se posó frente al joven.
-¿Me permitiría sentarme con usted? joven caballero.-Dijo lo más encantadoramente posible, incluso estuvo a punto de hacharse a reír ahí mismo por las  miradas celosas de las demás mujeres.  El joven levanto la mirada y Lucy palideció por completo… Esos ojos, sus hermosos ojos, los que en sus sueños parecían estaban ahora frente a ella, Lucy quedo congelada ante su mirada. El encapuchado la desnudo por completo con esta y seguido de eso sus ojos brillaron. El corazón de Lucy se aceleró, la forma en la que ese chico hacia brillar sus ojos era casi inexplicable, eran hermosamente de un color verde esmeralda.
- Por supuesto hermosa princesa.- Dijo con su dulce voz, entonces Lucy se pudo percatar de que con quien estaba hablando no era un chico si no una chica, ella retiro su capucha y permitió ver su largo  sedoso cabello negro. Su piel era pálida y tenía un rostro fino y delgado la única imperfección en su perfecto rostro era una cicatriz que le llegaba de la mejilla hasta el cuello.  Una fuerte migraña azoto su cabella tanto que se doblego.
-A…Ale…Alexis.- Por fin dijo y su cabeza continuo tensándose más. La joven la miro preocupada y la hizo sentarse en una silla.
-Alguien traiga agua por favor.- Les dijo a las chicas que estaba a su alrededor. Su cuerpo comenzó a temblar y varios recuerdos azotaban su cabeza como fuertes latigazos.-Lucy, Lucy estas bien. Dime que estas bien.- La chica le tomo por las mejillas mientras que juntaba su frente con la suya sus miradas se entrelazaron, el corazón de Lucy se aceleró y el dolor de su cabeza se adormeció. Sus ojos la absorbían, no podía retirar su mirada de ellos.
-¿Cómo sabes mi nombre?- Le pregunto sin dejar de mirarla.
-La verdadera pregunta sería ¿Cómo es que tu recuerdas mi nombre?-Su voz se destrozó al terminar la pregunta y sus ojos se humedecieron. Lucy se quedó muda y se formó un fuerte nudo en su garganta.
-Yo… lo siento, no lo sé.- La joven retiro su mirada al suelo completamente decepcionada.-Perdóneme, creo que será mejor que salga a tomar un poco de aire.- Lucy se apartó y se alejó dejando atrás a Alexis. En el momento que puso un pie afuera lágrimas sin razón alguna corrieron por sus mejillas.- Desde cuando me hice una maldita llorona.- Decía mientras secaba con su antebrazo sus lágrimas.
-Oh al fin te encuentro preciosa.- Le dijo un hombre barbado de gran altura, ¿Salomon? Si ese era su nombre, a este después de haberle dado un beso se había hecho de una gran cantidad de joyas que saco de sus bolsillos. Lucy se puso firme  y lo miro fieramente.- Creías que te ibas a salir con la tuya maldita rata.- Detrás de ella aparecieron dos jóvenes, eran un hombre y una mujer, gemelos.
-Oh vamos, ¿piensan atacar a una mujer indefensa?- Dijo haciéndose la ofendida. La chica detrás suyo saco un cuchillo y lo coloco en su mejilla.-Con que así serán las cosas ¿eh?- Salomon sonrió.- Pues que la diversión empieze.- Sonrió de oreja a oreja mostrando su blanca dentadura. Sin avisar de sus bolsillos saco una daga dorada y la encajo certeramente en el estómago de la joven, esta soltó el arma al instante y grito de una  forma agonizante.- ¿Qué dramática?- Clavo de nuevo el cuchillo pero ahora directo en uno de sus ojos.- Este es dolor de verdad.- Le dijo sonriente, un líquido cristalino salpico su mano acompañado de más sangre.- Que asco.- Saco la daga extrayendo consigo el ojo de la muchacha. Lucy contemplo su extracción y sin decir más con un tono de decepción en su voz dijo.- Tienes unos ojos horribles.- Salomon y su acompañante se quedaron mudos ante la escena de la que eran parte. Su compañera estaba muerto y Lucy solo miraba con desprecio el ojo clavado en la daga.- Bien, ahora quien sigue.- Les miro de una manera aterradora. El acompañante de Salomon salió huyendo aterrorizado mientras que el barbudo hombre todavía no daba nombre a lo que estaba viendo, semejante belleza como Lucy llena de sangre, de un acto tan macabro como ese le era imposible aceptarlo de una mujer tan hermosa e inocente como ella.
-¡Estás loca!-Le grito furioso. Lucy se llevó la punta de la daga al labio.
-Hum, tal vez tengas razón, sabes tienes unos ojos cafés muy bonitos.- Le sonrió tiernamente mientras que la sangre de la daga  escurría sobre su delicada piel. Los pelos se le pusieron de punta y el hombre desvaino su espada ante ella.
-Te matare.
-¿Enserio? Inténtalo.- Le dijo desafiante.

Alexis
La pelinegra aún seguía impresionada, esperaba todo menos encontrarse de nuevo con ella y mucho menos en un lugar como ese. Habría hecho bien en dejarla ir o debía seguirla, se preguntaba. Sacudió violentamente su cabeza de un lado a otro entrando en sí de nuevo.
-Tengo que ir por ella.- Se levantó de su lugar y a pesar de varias sugerencias de las chicas a su alrededor  de que se quedara no hizo caso.
-Hey, hey, hey a donde crees que vas mi pequeño cuervo.- Alex la sujeto fuertemente del brazo.
-Y a ti que te importa.- Se liberó de su agarre y lo fulmino con la mirada. Alex sin darle importancia a la mirada enojada de Alexis se acercó a ella yle susurro al oído.
-No creas que no vi a nuestra princesa rubia que acaba de salir.-El cuerpo de Alexis se tensó. Alex sonrió satisfecho a la reacción de su hija.
-Tranquila, formare el ambiente perfecto para ustedes dos. Es tu recompensa por serme tan fiel durante estos dos años.- Alex se alejó tarareando una canción de amor mientras meneaba su cuerpo como una doncella enamorada.
-Estúpido.- Alexis contuvo la risa ante las estupideces que hacia su padre…Debía de admitirlo, ese maldito loco le agradaba. Tan pronto como Alex se perdió en el mar de gente ella dio media vuelta y se dirigió a la salida.
-Parece que a la rosa le salieron espinas.- Dijo Alan al momento en el que ella puso un pie afuera, él estaba recargado en la entrada al lado de la puerta.
-La viste ¿verdad?-Alan puso sus brazos atrás de su nuca y sonrió.
-De hecho en estos momentos se está divirtiendo con Salomon.
-¡¿Qué?!- Alan hizo una cuenta regresiva del uno al diez.
-4…3…2…- Señalo un lugar oscuro.-…1- Y de ese mismo lugar un joven soldado corría aterrorizado y con lágrimas en sus ojos corrió directamente hacia Alexis.
-Pero que carajos.
-Intuición gatuna.- Alan se encogió de hombros. El chico tropezó antes de llegar hacia la pelinegra y completamente desesperado se arrastró hasta quedar a sus pies.
-Ella…Ella.- Tartamudeaba. Alexis se agacho hasta estar a su altura y soltó una fuerte cachetada a su rostro.
-Cálmate ya y explícame lo que sucede.-El joven se sobo la mejilla.
-Gracias General Alexis.
-Bien ahora dime lo que sucedió.- Alan se llevó las manos a la boca mientras contenía sus ganas de reír. El joven de nuevo comenzaba a sollozar.
-Una maldita loca asesino a mi hermana y en estos momentos está peleando contra Salomon.- Alexis abrió los ojos de par en par y sin avisar corrió en la dirección de por donde había llegado el chico. Este comenzó a llorar en el suelo mientras que Alan solo lo miraba indiferente.
-Mis condolencias.- Se retiró para seguir a Alexis.
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Chan,chan,chan,chaan. Bueno. como pueden ver le estoy dando un giro interesante a la historia, >3< espero y les guste. espero y comenten y me den sus opiniones :3.
-Rein Okami

Yo no soy tu príncipe [yuri/lesbico]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ