Capítulo 41: (2/2) Revelaciones

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Lucy

-Eso es ridículo -declaró sin ninguna emoción en su rostro, mientras el semblante de la pelinegra se deformaba en una mueca de disgusto. Antes de que ella fuese capaz de protestar, Lucy se adelantó silenciándola con un pasional beso en los labios. Al separarse contuvo con frialdad su inexpresividad, al contrario de su pelinegra que su actitud desesperada se evaporaba como el calentar de un líquido. Finalmente había recobrado la razón-. Creo que no has captado bien como son algunas cosas, Alexis. -Tomó sin temor ni titubeos el cuello de la camisa de la asesina. Le era molesto que la tuviera que mirar hacia arriba. Sin soltar su agarre, la agachó y clavó su mirada hasta que sus ojos estuvieron  a la misma altura-. En primera: Ya no soy ese cisne puro e indefenso que veo pintado en esa pared. -Alexis trató desviar la mirada pero Lucy se encargó de sacudirla para que volviese a prestar atención-. En segunda: Si tú por alguna razón intentaras matarme, te partiría el trasero como ya lo he hecho en otras ocasiones y me encargaría de meterte en la misma celda en la que empezó todo, durante toda tu desgraciada vida. -Finalmente tenía su completa atención-. Y para terminar esto: Tengo en completo propósito de asesinar a la dichosa “Lechuza” a tu lado, y su cabeza al igual que la de tu padre serán expuestas en la entrada de mi castillo.

Alexis

Ojos de hielo era lo que contemplaba, dos puntos azules severos y calculadores. Ahí estaba, la soberana que todo el reino de Cryf había estado esperando. Sonrió para sus adentros. La rubia aún la fulminaba, no había duda que había llegado la hora de que la siguiente heredera Storm volviera a reclamar su lugar correspondiente en lo más alto de la cadena.

Delicadamente llevó ambas manos a las rosadas y suaves mejillas de la princesa; ella ni se inmutó. Al parecer su indomable guerrera aún esperaba algo de su parte. No pudo evitar sonreír de oreja a oreja y de la forma más honesta en la que su corazón se lo permitía, dijo:

-Lucharé contigo, enfrentaré cualquier cosa y te prometo estar siempre de tu lado, princesa mía.

Eso era todo, finalmente la capa de hielo de sus ojos se derrumbó, dejando ver un gran brillo y calidez. Esa era su reina.

Lucy

Eso era lo que quería escuchar. Acarició su cabeza y la acercó para que sus frentes se juntaran.

-Así se habla.

Entonces cuando estaba decidida a separarse, Alexis le detuvo aprisionándola en sus brazos.

-Lucy.

-Alexis. -Ella apretó los labios e intentaba disimular su nerviosismo sobándose el brazo.
-¿Recuerdas nuestra boda? -Lucy no respondió-. Verás…yo… -Ya sabía a qué punto quería llegar.

-Lo sé Alexis, no soy estúpida. Si matas al que llevó a cabo la ceremonia el matrimonio se anula y tú no dudaste en hacerlo desde el primer instante en que terminaste de decir el acepto. Te puedes ahorrar esas explicaciones. -Logró zafarse de sus brazos pero Alexis la volvió a jalar desde la cintura.

-¡Tenía miedo! -Bien, esa reacción no se la esperaba-. De estar atada  alguien. Tener el título de esposa y más de alguien tan magnífica como tú. No me sentía merecedora de ti. -Miró al suelo-. Pero ahora ya sé lo que quiero.

-¿Y qué es lo que quieres? -Su voz había salido más temblorosa de lo que hubiese deseado.

Alexis la liberé de sus brazos y, con lentitud y estilo, se puso de rodillas ante ella. Rebuscó algo entre su bolsillo y con un gran sonrojo en sus mejillas la miró con sinceridad, temor, miedo y ternura; tantas cosas ocurrían en esos ojos que le hacía estremecer. Las  manos de la princesa temblaban y su corazón estaba por terminar volviéndose loco. Diablos, no sabía cómo actuar y su mente se nublaba cada vez más y más. El ver a la pelinegra arrodillada ante ella, en una posición tan caballerosa y encantadora, el gran sonrojo en sus mejillas y orejas.. le hacía ver tan tierna. Alexis carraspeó y con firmeza tomó sus temblorosas y sudorosas manos. Si acaso este tenía que ser un momento perfecto, Lucy lo estaba arruinando pues parecía que estaba a punto de estallar en llanto y desmayarse. Alexis consiguió darse cuenta de lo que estaba sucediendo, soltó una risilla y acaricio con movimientos circulares la palma de su mano.

Yo no soy tu príncipe [yuri/lesbico]Where stories live. Discover now