Capítulo 42: Locos

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Lucy

Dichas esas palabras, todo a su alrededor comenzó a temblar seguido de un gran estruendo.

-No te separes de mi princesa.-Le dijo sonriente ante la gran explosión y los delirantes gritos a su alrededor. Ella solo se limitó a asentir con seriedad y Alexis le tomo de la mano arrastrándola a gran velocidad junto a ella.

Pasillos, esos pasillos que ella muy bien conocía, tantas eran las veces que había cruzado por ellos. El eco de sus pisadas a través de ellos, era capaz de escuchar como aquella risa inocente del fantasma de su pasado, poco a poco iba siendo opacada por una ahogada y psicótica. Alexis sonreía con locura y excitación, agradecía el refuerzo que hacía por intentar reprimirla pero era inútil, ella la podía escuchar a la perfección. Ese era su mundo, su verdad, su adicción. El chocar de las espadas y lamentos al frente, para su asesina no era mas que una dulce cancion de cuna. Ahora su risa ya no era para nada disimulada. Eran los dominios del cuervo.

Ella simplemente se limitó a suspirar y a ir desenvainando la delgada espada de zafiros incrustados, tal vez Alex mintió un poco al haberle dicho que le había despojado por completo de todas su armas, por lo menos el desquiciado rubio respetaba el presente que tanto le había costado conseguir a Alexis . Era momento de estrenarla con alguien que no fuera su amada. Sonrió de lado y la emoción de la pelinegra poseía su cuerpo como un letal virus hasta dejarla en ese mismo estado.

Lo que estaba por venir seria jodidamente divertido.

Como si ambas se hubiesen puesto de acuerdo, al momento de llegar al final del largo y devastado pasillo soltaron sus manos dando un largo salto cada una hacia lados opuestos y agachando sus cabezas en el acto.

Era tan predecible, dos espadas rozaron apenas un mechón de su cabello. Eso estuvo cerca. La risa desquiciada de Alexis resonó en el lugar y pudo contemplar por el rabillo de sus ojos como la multitud que batallaba palidecía mientras que unos pocos lanzaban un gran grito de victoria.

-¡Larga vida al cuervo!

Gritaron para seguir peleando contra varios caballeros de armaduras doradas, más eufóricos y motivados gracias a la gran entrad de su preciado cuervo.

En un reflejo rápido consiguió esquivar un feroz puñetazo de uno de los caballeros. Lucy sonrió y sin perder el tiempo soltó una fuerte patada en su estómago alejándolo a una distancia considerable. Eso basto para llamar la atención de otros dos soldados.

Actuar antes que el enemigo, se dijo a si misma mientras arremetia contra su siguiente atacante abalanzándose contra el, concentrando toda su fuerza en sus brazos para conseguir derribarlo.
Nada de perder el tiempo, esta es la guerra. Deslizo el filo de su espada contra la suave piel de su cuello.

Lindo, lindo rojo.

Nada de perder el tiempo, se arrojó lejos del cuerpo y la espada de su compañero término de hacer su trabajo. Viseras se asomaron de su estómago. Y el otro saldado que a su parecer solo era un chico temblaba y soltaba su espada en un estado de completo pánico.

.-Pa...Padre...Yo no quise.-No le permitió continuar. Ya era demasiado tiempo perdido para ella. Le jalo del cabello y lo arrojo hacia atrás. Su azul mirada aterrorizada la contemplaba desde abajo.-Tu...Tu eres...

Para entonces ya había partido su cabeza a la mitad.

-Hablas mucho.

Algo la impulso a gran velocidad hacia adelante cayendo de cara al suelo. Diablos, podía jurar que le había aporreado un toro.

Vibración en el suelo. Rodar hacia la derecha. Espada clavada en el piso. Princesa ilesa.

-Muy lento.-Nuevamente repitió lo que había hecho con el joven. Cabeza partida a la mitad. Pero hubo algo que no pudo para por alto.
Poseía unos ojos hermosos. Un azul tan fuerte como el que se presenta en el anochecer. Antes de dejarle caer al suelo lo atrapo del cuello y suspiro de alivio al ver que los ojos estaban intactos.
-Lo siento pero yo me quedare con esto.

Yo no soy tu príncipe [yuri/lesbico]Where stories live. Discover now