Capítulo 55: Destinos Helados

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Alex Arza

Esa intensa neblina, ese extraño presentimiento en su alrededor, el cazador sabía muy bien que lo que acontecía en ese bosque no era algo normal, una presencia mística se podía incluso olfatear a una larga distancia, la humedad, el color de la neblina y la peculiar sensación de la nieve sobre su piel. Había algo más ahí. Tal vez la respuesta a sus inquietudes no estaba muy lejos.

Inspiro el aire helado con su gruesa nariz y se relajó. Esa helada no significaba ninguna amenaza para el. Poco le importaba el daño que le pudiese causar, solo lo disfrutaba. La tormenta se volvía parte de él, el temor y los rencores desaparecían junto con los enredos de su mente convirtiéndole en nada más que un fantasma sin rumbo, expectante de las ruinas que dejaban la ira y el miedo, él era...

<<Un imbécil que morirá de hipotermia>>

<<Tapese niño, que le va a hacer daño>>

<<Tu madre no te enseño a cubrirte cuando hace frio>>

-¿Para qué se meten en esto? Ustedes saben muy bien que yo no tengo una madre y lo poco que me importa someterme a esto.

<<Pero que imbécil>>

<<Solo les estoy brindando un recordatorio a los lectores para que no repitan los mismos errores que cometes tú, idiota>>

<<Además, tú no estás solo>>

<<Cierto>>

<<Seguramente en corto llegaran unos lobos a comerte>>

-Ella esta aquí-Dijo Alex sintiendo un gran impulso por correr a una dirección especifica.

<<¿Qué cosa?>>

<<¡Esta!>>

Alexis

Odio, dolor e impotencia, eso era todo lo que se acumulaba en la joven guerrera de cabellos oscuros. Con asco reprimía todo lo que su cuerpo recibía, sentía como su cuerpo era consumido por ella, se sentía débil, sin capacidad de recordar su nombre, sin saber lo que era de ella. El cuervo permanecía estático bajo el cuerpo superior que reclamaba poder sobre ella.

Cabellos rojizos como el fuego, poderosa mirada absorbente como los mares y labios tan rojos como la sangre, su respiración golpeaba frente a ella, el ángel rojo buscaba sus labios con deseo y brusquedad.

-Eres tan hermosa pequeña ave oscura.-Hablo su captora con un notable tono de deseo en su melodiosa voz.-Tu cuervo mío, eres tan perfecto, tan apetecible, tan legendario.-Mordió el labio inferior de la pelinegra.- ¿Por qué me haces sentir tan mal?

-¿Por qué me haces esto?-Pregunto con dolor Alexis sobre los labios de la bruja.-Por favor, no continúes con esto, mátame y déjala a ella vivir.-Un dolor insoportable en su brazo la consumió hasta llegar a su cuello, sentía como se asfixiaba, como su sangre se calentaba, como se perdía.

-Es inútil seguir queriendo evitar lo inevitable querido cuervo. No puedo seguir posponiendo lo que tiene que pasar, no puedo seguirme reprimiendo solo por ti, por tu calor, por tu cuerpo. No puedo seguir así, tengo que continuar con lo que fue acordado, tengo que volver a reclamar las tierras que me pertenecen, la nueva era que me corresponde. Tu reina debe de caer para dar paso a algo más grande. Mia no es la culpa de su fijado deceso, más mía si es el que estés enamorada de ella. Por favor, permíteme revocarte de esta maldición, de este hechizo de amor, permíteme otorgarte un lugar a mi lado en estas nuevas lunas. Reina conmigo y haz lo que tu padre jamás fue capaz de hacer.

Yo no soy tu príncipe [yuri/lesbico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora