Capítulo 44: Cruzando límites

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Lucy

La bandera de la rebelión se sacudía salvajemente con el viento. Daba la impresión de que el sonido hubiese sucumbido ante el imponente estandarte y la mirada gélida de quien lo sostenía en alto.

Leonardo, saliendo de la gran impresión que había tenido, dio un paso al frente tomando otra vez su postura firme y arrogante, y le dedicó una sonrisa forzada. Lucy sabía lo que él estaba pensando, para ella le era igual de incómodo y desagradable encontrarse con su ex prometido. Lucy le devolvió el gesto con una mirada de indiferencia.

-¡No me hace falta explicar a lo que he venido! -exclamó para que sus palabras llegaran a los oídos de la princesa. Lucy no soltó ni una palabra y solo se limitó a contemplarlo desde las alturas.

Daba asco la forma en la que alguien tan apuesto hace unos años, como Leonardo, hubiese terminado de la manera en la que hoy lo veía. Varios kilos de más, y una pequeña barba desordenada. Había perdido lo único bello en él.

Su físico.

Esto se estaba volviendo algo decepcionante.

-¡Tres días! -gritó hacia Leonardo. La sonrisa de este se ensanchó-. Retira todo tu ejercito de mis dominios y en tres días en el valle de los ambulantes demostraremos quién es merecedor de estas tierras.

-Lo lamento, princesa, pero dadas las circunstancias en las que usted se encuentra, lo máximo que le puedo dar son dos días. Ni más ni menos. -Esa proposición era estúpida, ¿quién lograría tener preparado un ejército en tan solo dos días? Con tres días apenas lo conseguiría y hubiese sido suficiente, pero dos no, no podía ser-. La esperaré ansioso en el valle de los ambulantes, y por favor solicito que su preciada esposa esté con usted, si mal no tengo que recordar entre ella y yo quedaron asuntos pendientes. -Ese maldito la estaba dejando contra la espada y la pared, no estaba en condiciones de negociar con él. Leonardo rió-. Estoy ansioso por verlas caer ¡Asquerosas pecadoras!

-¡Asquerosas pecadoras! -gritaron al unísono todos sus guerreros en forma de burla, incluso alcanzo a escuchar más insultos como: "Princesa putita" "enferma homosexual".

Su cuerpo se tensó, así era como las veían en realidad, apretó la bandera con fuerza y con rabia en sus ojos contempló cómo Leonardo se subía a su corcel blanco e indicaba al inmenso ejercito retirarse.

No se había dado cuenta de que había estado reteniendo la respiración todo ese tiempo. Sus hombros se volvieron a tensar, pero tan rápido como lo hicieron se relajaron, la suave mano de Saphire acariciaba su espada dándole consuelo.

-Tranquila.

-No estuvo tan mal para ser toda una perra inútil -agregó María, estirando los músculos de sus brazos-. Aunque lamento decirte que esto recién comienza y nos has metido a todos en esta contienda sin siquiera preguntarnos.

-Todo lo que ustedes han tomado es mi propiedad, si ustedes quieren permitir que todo el esfuerzo que pusieron para conseguirlo les sea arrebatado por ese patán, solo bajen las armas y no me opondré en que él tome el control.

María formo una mueca amarga y continuó su trabajo sobando sus brazos.

-¡Larga vida al cuervo!
Se escuchó en la planta baja causando eco en todo el lugar, Kreyn suspiró y se arrojó al vacío transformándose en cuervo antes de llegar al piso.

-Tu novia tiene que tener estilo ¿no? -dijo Saphire, admirando con una media sonrisa al oscuro cuervo bajar en picada y montarse en el hombro de Alexis, causando euforia y admiración de los rebeldes.

-Y sin duda sabe cómo hacerlo.
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Alexis

<<Tu princesa nos ha metido en un gran embrollo>>

Yo no soy tu príncipe [yuri/lesbico]Where stories live. Discover now