Capítulo 38: Tesoro

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Alex Arza
<<Awww>>

<<¿Por qué tu romance con Keyla no fue así?>>

<<Míralas, prácticamente casi se matan una a la otra y al final se dicen que se aman>>

<<Emm...Se están desangrando ¿sabían?>>

-¡¿Qué?!

El asesino de dorados cabellos salió súbitamente de su escondite y sacudió la blanca nieve acumulada en sus ropajes. Con cara de confusión, se acercó a las dos chicas hasta quedar a su lado. Golpeó su frente con la palma de su mano y emitió un gruñido frustrado.

<<Se desmayaron ¿verdad?>>

<<Esto me recuerda mucho a Romeo y Julieta>>

<<Solo que ellas se masacraron a lo imbécil>>

-Pero qué estupidez.
Dormían pacíficamente abrazadas una de la otra, Alexis encima de la princesa de Cryf, en su costado era notable un agujero chorreante de sangre; en cambio, la rubia le rodeaba con ambos brazos con fuerza. Alex agregó una mueca de desagrado al ver que la mano de la bella rubia estaba prácticamente partida a la mitad. Una vista para nada agradable.
-Están locas.

<<De amor>>

<<Y masoquismo>>

-¡Maravilloso! Ahora tengo que arreglar el desastre que se hicieron -dijo sarcástico, mientras levantaba ambas manos, la derecha sobre el costado de su hija y la última en la mano del tesoro de su fallecida amante.

-Bibidi, babidi, ¡bu!
Y las heridas desaparecieron.

<<Awww, Alex ya se cree hada madrina>>

<<Pero qué gay>>

-Silencio. Ahora tengo que buscar al otro imbécil además de dejar a estas dos en un lugar seguro antes de que se congelen.

<<Oh cierto, lo había olvidado>>

-Pero qué molestia.
Subió a ambas sobre su espalda y cantarinamente reavivó su marcha.
-Sachi, comula, babidimula, bibidi, babidi, bu.

Lucy
Era su idea o tenía la sensación de ser cargada por un animal. El infernal dolor en su mano había desaparecido por completo. Eso le era un alivio, sin duda sería uno de los dolores que jamás se animaría a repetir.

El hecho de haber retado a su hermosa chica a realizar semejante acto violento le carcomía el alma, posiblemente todavía su mente no estaba recuperada del todo. Lo podía sentir, su personalidad psicótica y sedienta de sangre y batallas seguía presente en su conciencia. Luchando por regresar... Eso no lo iba a permitir.

Se controlaría por Alexis, solo por ella y por nadie más. Era irónico, la estancia de Alexis en campo de batalla le había hecho más madura y dedicada. Mientras que ella, estando viviendo en el pacifico bosque de la amargura, le hizo una chica más descontrolada e impulsiva. ¿Los papeles se estaban invirtiendo? Era un pensamiento divertido, imaginarse a sí misma tener a la oscura asesina a su merced. Desnuda y sumisa.

Está bien... definitivamente sí se estaba volviendo loca.

Apretó los ojos y negó débilmente, intentando ahuyentar aquellas fantasías enfermas.

-Bibidi, babidi ¡Bu! -Cantaba alegremente aquella persona que le tenía subida sobre su espalda. Voz profunda y chillona a la vez. Solo sabía de alguien capaz de hacer aquello.

Su estúpido y desquiciado suegro.

-Hey tú, maldito loco. -Alex se detuvo al instante.

-Oh, buenos días, princesita guerrera, ¿qué tal su velada con mi bastarda?
-Muy excitante, si era lo que usted quería saber. -Alex rió eufórico.

-¡Esa es mi hija! -Celebró lanzando un gran aullido-. Y...

-¿Y?

-¿Te penetró rico?

-Será mejor que cierre la boca o la que le va a penetrar con un chuchillo seré yo. -Él rió entre dientes.

-Oh vaya, qué lástima, quería más material para mis FanFics.

-Fan...Fan ¿Qué?

-Bup, cambio de tema.

Había escuchado que él estaba loco, pero nunca imaginó el hecho de que fuese aún peor. Cantaba y decía cosas fuera de lugar. Era apreciable y a la vez disparatada la verdad, pues aquel hombre apenas capaz de diferenciar la fantasía de la realidad era quien dirigía el mejor y más coordinado, además de extremadamente peligroso, ejército rebelde que hubiese existido en toda la historia del reino... Bueno, eso era lo que había escuchado decir.
-Le ordeno que me baje.

-Se le salió lo princesa otra vez ¿no? Me agradaba más cuando intentó matarme la noche pasada.

-Soy una princesa, mis deseos son órdenes para usted -dijo ignorando el anterior comentario-. Deseo bajar.

-Qué delicada me salió -gruñó y la dejó caer sin previo aviso. Lucy detuvo su caída con ambos brazos y aplicando fuerza en sus piernas tomó impulso hacia adelante, rodando un poco para terminar inclinada en el suelo, ilesa y sin ningún problema.

-Tienes reflejos rápidos pero Keyla tenía mucho más estilo que tú. -Lucy abrió los ojos de par en par-. Se colgaba de mí y si la intentaba derribar se aferraba firmemente de mi cabello, haciéndome caer junto a ella -relató con una media sonrisa-. Tu madre era excepcional.

-¡Pero la mataste! -exclamó llena de rabia.

-Eso no te lo puedo refutar -murmuró mirando hacia la nada
.
-Eres un desgraciado -rechinó los dientes, sintiendo la enorme necesidad de estrangularle con sus propias manos.

El lunático hombre se acercó firmemente hacia ella y clavó su mirada hacia la de ella. Su expresión sonriente desapareció para dar paso a una seria y su chillona voz usual ahora era grave y profunda.

-Pero tampoco puedo negar el que la amaba más que a nadie.
Mantuvieron su contacto visual por un largo periodo, su mirada penetrante y desquiciada analizaba cada detalle de su rostro.

-Eres su viva imagen -habló con ternura y nostalgia, los ojos del asesino estaban humedecidos y sin darse cuenta las lágrimas ya bajaban por sus mejillas hasta desaparecer en la punta del mentón. Era un desgraciado.
Era claro que no mentía pero ella aún se negaba a aceptarlo.

-¡Aléjese de mí! -depositó una bofetada en el rostro de Alex.

Este apenas se inmutó.

-Tampoco me recuerdas, ¿verdad?

-Mi único recuerdo de usted es cuando mató a mi madre frente a mis ojos -respondió, conteniendo la ira e impotencia en su hablar.

-Solíamos alimentar a las aves en el estanque. Tú solías asignarle un nombre a cada una, pero tu favorito era...

- Bivow

Alex sonrió débilmente pero con sinceridad.

-Así es. -Con inseguridad levantó su mano y la paso delicadamente por el cabello de la princesa, esta se tensó al instante.

-Sé que posiblemente te estés rehusando a recordarme... Cuando yo todavía no era este Alex Arza y yo era tu fiel protector y el de tu madre. Pero déjame decirte algo. -Dejó de acariciar su cabello-. Todo lo que estoy haciendo es para protegerte. Tú... el tesoro de mi reina.

Yo no soy tu príncipe [yuri/lesbico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora