Yo no soy tu príncipe [yuri/lesbico]

Capítulo 49: Cosas se ganan... Cosas se pierden

Feliz 14 de Febrero atrasado :D!

La historia aun continua y lo seguirá haciendo hasta que sea escrita la palabra: "Fin"

Lamento la demora y disfruten el nuevo capitulo.

-Rein Okami

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Lucy

Su corazón dio un brutal vuelco, súbitamente perdió todo control y latía a una velocidad bestial. Golpeteaba en su pecho pugnando por salirse. Una emoción tan fuerte en su interior y sin embargo aun así, por fuera no era capaz de siquiera articular ni una sola palabra. Su cuerpo tembló al unir su mirada con la de la confiada pelinegra. Tan hermosa, seductora y asombrosa.

¡Dios, no había palabras para describirla!

¡Ninguna palabra estaba a la altura de lo que sentía por ella en esos momentos!

¡Nada! ¡Absolutamente nada!

Todas las cosas que ella dijo.

Resonaban en su cabeza una y otra vez.

Alexis sonrió. Su sonrisa maravillosa, sincera y... ¡Aggg! Como había dicho ¡No había palabras!

Entonces la endemoniadamente hermosa mujer frente a ella, aún no satisfecha con solo haberla dejado fuera de sí.

Se arrodilló.

¡La muy maldita se arrodilló! ¡Carajo!

Y de sus ropajes poco a poco fue sacando un anillo. Un anillo... ¡Un jodido anillo! Ella sonrió con dulzura, arrodillada ante la rubia. Con una mirada repleta de amor e ilusión. Los ojos de una asesina bañados en pureza y honor. Algo ridículo e imposible... Pero era Alexis... Y nada era inalcanzable para ella, era capaz de todo... Absolutamente todo.

Era una escena tan perfecta. Digna de un cuento de hadas. Digna de una verdadera historia de amor... A excepción de que...

¡ESTABAN EN MEDIO DE UN MALDITO CAMPO DE BATALLA!

-Mierda. -Las lágrimas invadieron sus ojos y sus piernas ya no pudieron soportar más su peso. Lloro desconsoladamente. Un llanto de una niña pequeña. Jamás se había sentido así de indefensa, tan débil y a la vez tan segura. La pelinegra no soltó ni una palabra, seguramente estaría en shock ante su reacción.

-Luc... -Su condenada voz. Mierda, mierda, mierda. Ahora comenzaba a reírse con una estúpida con los ojos y mejillas empapados. Sentía su cara arder y posiblemente algunos mocos hacían el intento por salir de su nariz y arruinar el momento. Su risa se hizo mucho más fuerte. No era una risa psicótica, no era una risa maliciosa.

Solo era su risa.

Una risa que incluso ni ella misma reconocía de sí. Se tiró de espaldas al suelo bajo ellas y miro hacia arriba. Todo el cristal a su alrededor creaba un gran domo que las cubría. La luz se filtraba creando una luz azul en todo el lugar. Perfecto, tan perfecto. Mágico.

-¿Eso como lo debería tomar? -Pregunto Alexis con una voz algo temblorosa aun manteniendo su posición arrodillada, con el anillo en sus manos.

Lucy dio una risotada más fuerte y se levantó hasta quedar sentada y le sonrió con malicia a la pelinegra, quien de inmediato se tensó y se sonrojó. ¡Mierda, tenía los ojos llorosos! ¡Si eso no era lo más tierno que hubiese visto, no sabía que otra cosa lo pudiera ser!

Fue entonces cuando paso...

Le dio una bofetada bien sonada en el rostro. Eso le pasaba por ser ridículamente linda.