Capítulo 15. Enanos y pitos

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Como no tengo pensado regresar a la escuela, decido irme para mi casa, y de paso invito a Chris y a Jenna a venir conmigo.

-¡Comida gratis!- exclama Chris, entusiasmado-. Claro que me apunto.

Jenna niega suavemente con la cabeza. Tiene que mantener abierto el local hasta las cuatro, y, sobre todo ahora que empieza a venir gente para el almuerzo, tiene que estar más pendiente que nunca de sus clientes.

-Será por la próxima vez.

Le sonrío amablemente y salgo de la cafetería junto a un alegre Chris. Me siento mejor al verlo tan despreocupado y juguetón como de costumbre, y me olvido completamente de nuestra charla mañanera mientras caminamos hacia mi casa.

El camino es largo, pero mi padre está ocupado todo el día y, aunque trabaje desde casa, no puede moverse de allí para recogernos a Juancho y a mí. De todas formas, caminar por las avenidas de Rose Lake no se siente nada pesado al lado de Chris, que bromea a cada rato y se burla de todo.

-¡MIRA!- grita como un niñito emocionado mientras brinca de un lado al otro indicando algo en el jardín de una vecina mía. -. ¡A ese enano de jardín le han dibujado un pito!

Me rio, divertida, mirando con lástima al pobre enano.

-Híjole, quien le ha dibujado esa... Cosa, tiene que tener conocimientos de arte.

-¿Por qué?- pregunta Chris.

Me paro en el medio de la acera y estiro una dedo hacia el enano, que me mira sin descaro con su pito al aire.

-¡Pues mira! ¡Hasta tuvo el detalle de dibujarle pelitos en los huevos!

Nos reímos a la vez de nuestro humorismo oscuro, pero Chris acaba frunciendo el ceño. Cuando lo hace parece una versión mucho más musculosa de Frida Kahlo.

-Conocimientos de arte o de anatomía- precisa -. O simplemente es un güey que ha visto muchas vergas en su vida y le dio la gana dibujar una al enano ese.

-O puede que sea una güey- preciso.

Chris levanta las manos y brinca sobre una montañita de hojas dejadas en el suelo.

-Ya, a veces me olvido de tu índole igualitaria.

-No me gusta ser definida como "igualitaria"- admito, reflexionando en voz alta. Por fin tengo a alguien con quien poder hablar sobre esos temas sin tener que medir mis palabras y morderme la lengua a cada rato -. Diría que soy más por el feminismo de la diferencia.

-¿Igualdad y feminismo no son lo mismo?

La cara de Chris se ilumina al instante.

-He echo una rima.

-Ya, que rima tan brillante. Digna de una canción de reguetón a lo Bad Bunny.

-Nah, me caga Bad Bunny. Mejor Maluma. Es más guapo.

-Sobre esto tienes razón. Pero sobre el feminismo y la igualdad no.

Me giro hacia él y camino al contrario, rezando para que no me estalle contra algún buzón, lo rompa y tenga que pagarlo con el dinero que no tengo... O que me rompa la espina dorsal y tenga que pagarme un doctor privado, porque según me dicen la sanidad pública de Rose Lake es una mierda. Vaya como vaya, saldría dañada y sin un peso.

-Entonces explícame, reina del feminismo de la diferencia- Chris me hace una reverencia, como si estuviera enfrente de una verdadera mujer de la realeza -. Soy todo oídos, su Majestad.

Me levanto sobre mis puntas para fingir que llevo tacones, y levanto las cejas desdeñosa como solo una verdadera reina fresa sabría hacer.

-Pues, ignorante plebeyo,- comienzo en todo altivo, y Chris se ríe tanto que se queda sin aire y emite un sonido parecido a un globo que se desinfla: -La diferencia es enorme. Cuando las mujeres protestamos por la igualdad parece como si lo hicieramos desde un peldaño, o muchos, más abajo. Siempre nos hablan de "la igualdad de las mujeres con los hombres"... ¡Incorrecto! El feminismo de la diferencia, que es el feminismo que apoyo yo, quiere la igualdad entre mujeres y hombres, pero nunca la igualdad con los hombres porque eso implicaría aceptar el modelo. ¿Me sigues?

Simplemente VanesaWhere stories live. Discover now