Capítulo 38. La navaja de Ockham

72 32 17
                                    

Antes de salir de la clase, Mr Hitler nos entrega uno a uno los resultados de nuestros exámenes sorpresa.

-Estoy bastante decepcionado- dice, como si nos importara-. Taehyung Chi ha sido el único en haber sacado una puntuación de 25/25.

Lástima que Ty no esté para escucharlo.

Cuando paso frente al profesor y me extiende mi examen, lo agarro con rabia y le lanzo una mirada tan mala que tendría que ser considerada ilegal.

Una vez en el pasillo, oigo a Daisy soltar un bufido de molestia.

-Chirriones, ¡He reprobado!- exclama, arrugando su examen sin ni siquiera comprobar sus errores-. Si lo descubre mi padre, me va a matar.

-Mi padre nunca me dice nada si saco mala nota- confieso, dirigiéndome hacia mi aula de filosofía-. Está convencido de que las notas son solo parámetros sinsentido creados para convencer a los estudiantes de que su inteligencia es inferior.

-Amo a tu padre...- suspira Daisy con aire soñadora, y las dos nos echamos a reír.

-Eso ha sonado muy mal...- me burlo, dándole a mi amiga un golpecito en el hombro.

-Ya, pero es la neta. Es fan de Harry Potter y no cree en el sistema educativo, ¿Qué tiene de malo?

-Bueno, por ejemplo que basa mi alimentación en tacos al pastor y salsa Valentina- puntualizo, y a mi mente se viene la imagen de Chris engullendo comida mexicana en mi cocina-. Y también que ha llenado las paredes de mi habitación con sus fotos.

-Haría tranquilamente a cambio con tu padre- suspira Daisy, levantando las cejas.

-¿El tuyo es muy estricto?

Mi amiga asiente.

-Una vez no nos hizo salir de fiesta a Eve y a mí en todo el verano solo porque habíamos reprobado español...

-Eso suena terrible.

-Lo sé. Ha sido devastador. Creo que es por eso que tengo tantos traumas- Daisy se ríe mecánicamente y señala mi examen -. ¿No vas a leer tu nota?

-No me quiero arruinar ulteriormente el día- admito.

Soy muy competitiva, por lo tanto, si no saco el máximo, en mi cabeza es como si hubiera reprobado.

Llegamos enfrente del aula de filosofía y Daisy me abraza por última vez.

-Adiós, mi hermanita del alma- dice, apartándose de mí-. Me voy a biología. Nos vemos luego en el comedor.

Trago ruidosamente. Sí, nos veremos después y le contaré de Ty. Tengo que encontrar la valentía para hacerlo.

Sonrío forzadamente.

-Hasta luego, hermanita.

Una vez en el aula, me encuentro con otros treinta adolescentes besuqueándose sobre los pupitres, haciendo el tonto y escribiendo guarradas en la pizarra. Lucas el Lanzapiedras no está, así que puedo relajarme. Volteo hacia la derecha cuando veo un brazo agitarse en el aire para llamar mi atención, y me percato de que pertenece a Chris.

-¡Enanita!- la cara de mi amigo se oscurece cuando ve mi expresión amargada-. Híjole, parece que te acaba de pasar un camión por encima. ¿Qué ha pasado?

Le cuento brevemente lo de Mr Hitler y casi me pongo a llorar en el proceso. Cuando termino, Chris frunce el ceño y me aprieta en un largo abrazo paternal.

-Es un mamón- suelta, apoyando su cabeza sobre mi coronilla-. Un verdadero mamón hijo de puta.

Me hundo más en sus brazos y emito un gemido de desesperación.

Simplemente VanesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora