Capítulo 53. Una mierda con patas

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Llevo encerrada en el baño aproximadamente todo el recreo. En media hora tengo la presentación de filosofía y estoy entrando en pánico.

¿Cómo le haré para hablar en público frente a treinta adolescentes juzgones armados de móviles para grabar mi patetismo?

¿Y si se ríen de mí y de mi atuendo?

Me agarro las tripas y me mezo con mis brazos, porque si no voy a potar aquí mismo. A veces me odio por ser tan insegura. ¿Por qué no inventan una píldora para aumentar la autoestima en lugar de seguir sacando iPhones? Apuesto a que la gente se vendería su propia casa para comprarla.

Siendo sincera conmigo misma, llegué a la conclusión de que mi más profunda preocupación no está relacionada con todos mis compañeros de filo, si no con uno en particular: Lucas Locke.

He mirando por todas partes mientras caminaba por el pasillo con Daisy, y puedo decir casi seguramente que todavía no ha vuelto de Denver, pero una nunca sabe: tal vez sí llegará a tiempo para mi presentación y se burlará de mi frente a todo el mundo. Dios, mi mente se rehúsa a imaginárselo.

Me acomodo mejor en el excusado y saco mi móvil de la mochila. En los minutos que llevo aquí, no ha parado de vibrar cada que sale un nuevo post sobre Mr Hitler, lo cual en parte me reconforta; los astros parecen haberse alineado para que por lo menos esto me saliera bien. Sin embargo, las consideraciones de Daisy sobre mi venganza me hicieron sentir una mierda con patas y replantearme mi existencia entera.

En lugar de hacer scroll en la página de chismes de la escuela, busco el perfil de Lucas en Instagram. Nunca lo había hecho antes porque realmente no me interesa, así que me sorprendo cuando veo que es público.

La foto perfil retrae a Lucas luciendo una sonrisita de angel (exterminador), y con el premio de mejor estudiante del año 2018 entre los brazos. La descripción dice: "I'm the best among the rest", junto con muchas emojis de medallas de oro y copas.

Enfermizo, así le llamo yo a tal nivel de egocentrismo.

Como no hay publicaciones muy recientes ni historias que me indiquen dónde se ubica ahora, recorro los posts más viejos de Lucas para matar el tiempo.

Tiene una cantidad abrumadora de selfies en varias secuencias con su novia, y fotos de ellos dos besándose en un jacuzzi. En una, están en la playa y Lucas agarra a Eve de la cintura, mientras ella sonríe encantadora ante la cámara.

Son la pareja perfecta, los típicos que salen elegidos como reina y rey del baile de graduación y terminan casados y con cuatro hijos porque parece la conclusión mas lógica. La perfección conduce a la perfección, aunque dicha perfección está podrida hasta la médula.

¿Cómo puede ser que Eve no se de cuenta de lo cabrón que es su novio? ¿Cómo puede no notar su actitud racista y clasista?

Ah, espera, ya lo sé: mi Lanzapiedras favorito saca los colmillos solo cuando está junto a sus amigos idiotas y yo estoy a su alcance, mientras que con todas las demás personas luce encantador y perfecto.

Me mordisqueo los labios, nerviosa, mientras un extraño sentimiento empieza a llenar cada partícula de mi cuerpo. No le puedo dar un nombre preciso, solo sé que es malo y que no le gusta ver a Lucas besando los labios de Eve.

Hago zoom sobre una selfie muy cutre que se hizo en el espejo de un ascensor y retengo el vómito; ¿Se puede dar más cringe?

Estoy a punto de salir del perfil cuando, accidentalmente, le pongo like a una foto de hace dos años de Lucas en bañador.

Dios

Mío.

No puede haber pasado. Intento quitar el like pulsando mil veces la icona del corazón, pero supongo que a Lucas ya le habrá llegado la notificación.

Mierda mierda mierda.

El día de hoy acaba de empeorar drásticamente.

-¿Vanesa? ¿Estás aquí?

Casi dejo caer el celular en el excusado cuando oigo la voz de Daisy llamarme desde detrás de la puerta. Me toma uno segundos recomponerme y dejar de maldecirme yo sola.

Trago saliva.

-Sí, Daisy. Estoy en el cuarto cubículo empezando por la izquierda.

Oigo las ballerinas de mi amiga claquear sobre los azulejos del suelo antes de tocar a mi puerta.

-¿Estás bien?

No.

-Sí.

-¿Segura?

Emito un murmullo muy poco convencido e intento calmar mi pulso.

-Pero, ¿Qué es lo que ha pasado? Te estaba contando del partido de Homecoming y de repente te fuiste...

Suspiro. Aparentemente, lo que tenía a Daisy tan emocionada en clase de mates es el hecho de que la entradora del equipo de porristas la haya elegido a ella como voladora en lugar de Laia. A mí me pareció raro que esa bruja todopoderosa no hubiera opuesto resistencia, pero Daisy me aseguró que no hay nada que temer: será ella la que coronará la punta de la pirámide de porristas en el partido de Homecoming, y Laia se limitará a sostenerla.

-Lo siento, es que...- me acomodo la falda y logro salir del cúbiculo. Chirriones, he pasado tanto tiempo sentada sobre el excusado que se me han dormido las piernas y me duele el cuello-. En diez minutos tengo la presentación de filo, y...

...Y le he puesto like a una foto vieja del novio de tu hermana.

-... Y estoy entrando en pánico.

Daisy me mira, sorprendida. Su cuerno dorado destella de purpurina cuando se aparta del espejo y me pone las manos sobre los hombros. Sus ojos aguamarina me recuerdan el mar de Florida.

-Tranquila, Vi. No es para tanto.

Me abraza y yo dejo que lo haga, aunque mi cara sea una mueca de confusión.

¿Cómo puedes decirle a alguien con ansiedad que se calme?

Es obvio que quiero dejar de tener palpitaciones y sudar frío, pero evidentemente no puedo lograrlo si no tras mucho tiempo y ejercicios de respiración. La ansiedad es como un tigre salvaje que pone todos los receptores de mi cuerpo en alerta aún sin ser real. Es un espectro que toma cada oportunidad que ve para poseerme.

Aprieto más la espalda de Daisy, regocijándome en su esencia de chocolate; no tendría que tenerla agarrada con ella, porque puede que desconozca del tema y solo esté intentando ayudarme. A su manera, pero por lo menos lo está intentando.

-Vas a ser magnífica- me susurra-. Te lo asegura este pequeño unicornio.

No sé si le creo, pero lo del "pequeño unicornio" me hace tanta gracia que me hecho a reír hasta que me duele la tripa y tengo que agarrarme de los lavabos para no caer.

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⏰ Last updated: Nov 24, 2023 ⏰

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Simplemente VanesaWhere stories live. Discover now