Los poetas malditos nunca mueren IV

"Los centavos pueden engañarte"

Viste a los peces morir y no hiciste nada, viste a mi corazón sufrir y no dijiste nada, sabias palabras de aquel que no quiere arreglar lo que rompió. No quiero llamarte, pero las nubes están cubiertas de cenizas, cenizas que arrastran mis deseos hacia los restos de las hojas que guardan mis secretos y que decidiste quemar. La lluvia ha quedado seca, los semáforos derraman las gotas a través de una luz amarilla, pagué para que no me dañaras justo cuando la luz amarilla desapareció y el rojo manchó el ángulo de aquella calle húmeda en el que estaba sentada. Escogí este dolor porque dicen que el tiempo te vuelve más fuerte, tanta mierda que seguramente dijo algún hombre lastimado por primera vez. Los centavos pueden engañarte cuando no pagas lo suficiente, limpiaste tu chaqueta y pagaste por olvidarme, cuéntame si todas las ciudades en las que has robado siguen hablando de mí, si los semáforos son igual al resto, pagaste el precio justo cuando la luz verde desapareció y el amarillo manchó el ángulo de aquella calle seca en el que estaba tratando de olvidarte, pagando la cuenta incorrecta.