"Amaste mal"

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Maletas de cuero sobre el refrigerador, copas de cristal al lado de tu sofá, cuidabas del desorden como cuidaste mis lágrimas, fingiste ser el malo en una historia en la que siempre lo fuiste, amaste mal, besaste bien.

Cada noche oscura mirábamos nuestras sonrisas tan cerca de nosotros, ahora sólo escribo sobre cuanto las recuerdo, llorando por las veces en las que quería que lo nuestro no fuera sólo un recuerdo, pero no pude arreglar eso, amaste mal, escuchaste bien.

Observabas tu televisor mientras yo observaba tu mirada, los gatos sobre tu cama decían mi nombre cada vez que me besabas, brindo por las noches más difíciles de olvidar, por aquellas que siempre, en algún punto de mis futuras noches, voy a lamentar, siempre lo supe, amaste mal.

Los gatos me decían que no cruzara tu puerta si no quería salir lastimada, ahora los escucho llorar por mí, “amaste mal” te recordaron ayer.

Los poetas malditos nunca mueren IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora