8 de noviembre, 2022

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Los autos rojos ignoraban las señales de tránsito, pero ahí estábamos nosotros, besándonos detrás de los autos azules. Los niños corrían alrededor de las hojas y nuestras sonrisas parecían alegrar el día, era tan sencillo. Tus manos cansadas de abrazarme y tus labios deseando acercarse, mi corazón y las mariposas podían escucharse, ahora que estamos solos puedo hablarte de mis secretos. El tiempo parecía un invento estúpido, antes lo pensé también, te amaba en cámara lenta y no quería que el momento se detuviera, las cartas que me leíste, pudiste haber rimado mejor, pero los enamorados no ven sus letras hasta que escuchan las estupideces que han pensado. Si alguna vez dudaste que te amé, vuelve a leer mis escritos la próxima vez que me veas y la madrugada no se sentirá tan solitaria, porque estaré ahí, besándote detrás de los autos azules.

Los poetas malditos nunca mueren IVWhere stories live. Discover now