Creí haberte dado el tiempo suficiente para dejarme escapar, pero eso sólo te hizo molestar más, cerraste la puerta y bajaste el sonido, jamás pude explicar el miedo que sentía, sólo tú podías escucharlo, sólo tú podrías volver a contarlo. Gritaste, grité, seguías diciendo mierda, lastimada por las palabras, por los golpes, por lo que no dije, empecé a llorar todas tus promesas, pedí ayuda, te pedí ayuda, pero no quisiste ayudarme, no pude tomar el teléfono, tomaste mis manos, golpeaste mis brazos, las marcas se vuelven desagradables, gritaste aún más fuerte, mi respiración se cortó, mis ojos pedían piedad, pero tu coraje era mayor de lo que mi tristeza pudo serlo, tenía miedo de morir, pero no podía luchar contigo, nunca fui capaz, me arrojaste al suelo, mis heridas y mi corazón estaban sangrando, sé que deseabas que mis ojos se abrieran, pero ambos sabemos que ya no pudieron hacerlo.
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Los poetas malditos nunca mueren IV
PoetryLos poemas que te escribí son aquellas razones por las que viví, ahora que he escrito suficientes, me pregunto si algún día los leerás para mí...
