Puedo escuchar como todo se está cayendo, pero el sonido de las lágrimas lastima mis oídos, contamos las gotas sobre el suelo seco, perdí la cuenta, pero escribí sobre esto.
Escuché la misma canción toda la maldita noche, preguntándome por qué las palabras duelen más cada vez si ya sabía qué era lo que la letra iba a decirme. Mis ojos están un poco cansados de extrañar a los tuyos, mi voz está desesperada por hablar contigo, mis brazos extrañan tus abrazos y mi corazón aún está perdido dentro del bosque en el que lo dejaste.
Susurré tantas veces y ahora que quiero gritar, siento como mis palabras se quedan tan débiles, sin importancia, porque nadie puede escucharme dentro del bosque, a nadie le interesa si estás sola o ardiendo en llamas, los bomberos nunca aparecen, al menos que arruines una fiesta.
Me abandonaste en aquel bosque y las madrugadas no han dejado de ser tuyas, separaste los motivos por los que te amé y uniste aquellos que me recordaban que nunca podría ser amada, me abandonaste en aquel bosque y yo moría por ti, literal y estúpidamente.
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Los poetas malditos nunca mueren IV
PoetryLos poemas que te escribí son aquellas razones por las que viví, ahora que he escrito suficientes, me pregunto si algún día los leerás para mí...
