Los poetas malditos nunca mueren IV

"Menta en el aire"

Fumabas cigarrillos de menta sobre la terraza de tu amigo cuyo nombre olvidé, todo parecía oler bien, hasta que las aves cantaron, las nubes llegaron y los sentimientos convertidos en poesía absurda le recordaron a tu cabeza lo que fui. El sol dejó de llamarse así, en otra vida tal vez llevaría mi nombre, las luciérnagas dejaron de cuidarme así, ahora se encargan de seguir tus pasos incluso si el sol ha perdido su nombre. Restos de letras mal escritas deseando expresarse, voces de flores marchitas buscando un hombre con quien hablar, menta en el aire conquistando la atmósfera, una chica soñando con amar antes del terremoto, tratando de regresar a la vida en la ciudad de los tontos, sangre sobre los zapatos de tu amigo cuyo nombre olvidé, quiero pedirte perdón por todo esto, pero en realidad no es mi culpa que hayamos terminado así, lanzaste el cigarrillo y escondiste el arma, creíste que olvidaría los restos de amor que dejé sobre ti, pero aún puedo verlos en los zapatos de tu amigo, con olor a menta sobre su suéter negro.