20 de noviembre, 2022

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Y una vez más volviste a sonreír frente a mi puerta, con un ramo de flores moradas y una disculpa en una carta que no decidiste leer, me besaste y el viento se tranquilizó, no fue lindo, empecé a sentir como nuestras emociones empezaban a discutir, a querer diferentes notas, a dejar de sentirse cómodas al besarse. Tal vez sólo querías quedarte una noche, porque eso fue lo que tus acciones demostraban, cepillaste tus dientes hacia el lado incorrecto, tomaste mi esencia desde el lado correcto y la vi quedarse sobre tu suéter café. No tocaste mis mejillas esta vez, pero besaste mis labios tantas veces que olvidé que lo necesitaba, no fue lindo, la noche se acababa y tus intenciones lo hacían igual. Los besos de abril no son parecidos a los besos que me diste esta noche, no había amor, parecías pedir disculpas. Me besaste de nuevo, fingiendo que era culpa lo que sentías, hasta que dejaste de aparecer en la puerta y tu collar que reposa en mi cuello empezó a pintarse de aquel color del que me aterra hablar.

Los poetas malditos nunca mueren IVWhere stories live. Discover now